Existe una competencia (no escrita) para tener la torre de control más llamativa. Puede serlo por su altura, su estética, su funcionalidad
Posiblemente pocos elementos serán más reconocibles en un aeropuerto que la torre de control. En algunos casos llega a ser un símbolo, no solo del aeropuerto, sino de la zona que lo rodea. También es uno de los primeros elementos arquitectónicos identificables por el pasajero cuando llega su vuelo a una ciudad y, en cierta medida, se convierte en su singular bienvenida.
Hace años, cuando se construían los primeros aeródromos, la torre de control no dejaba de ser un punto elevado desde el que se podía dirigir y controlar el tráfico de aeronaves. De hecho, incluso el primer aeropuerto donde se implantó el control de tráfico aéreo, fue el de Croydon, en Londres, carecía de un edificio destinado a este fin. Pocos años más tarde fue el aeropuerto de San Luis, en Estados Unidos, donde se aprovechó una nueva torre de radio para establecer un punto elevado de observación y control.
Con el paso del tiempo y, sobre todo, con la entrada de la estética arquitectónica en los aeropuertos, las torres no han dejado de prestar la misma función, pero además han pasado a ser iconos.
Existe una competencia (no escrita) para tener la torre de control más llamativa. Puede serlo por su altura, su estética, su funcionalidad, por el uso de materiales novedosos o por cualquier otro criterio. El caso es diferenciarse del resto de aeropuertos.
Hoy en día, es impensable organizar el tráfico aéreo sin las emblemáticas torres de control que están presentes en todos los grandes aeropuertos del planeta. Desde allí, los controladores coordinan los movimientos de miles de aviones para que permanezcan a una distancia segura tanto unos de otros como de los obstáculos.
También dirigen rutas en caso de mal tiempo y deciden cuándo deben aterrizar y despegar los aviones tratando de evitar retrasos, pero, sobre todo, de prevenir accidentes.
La idea de que la torre de control esté ubicada tan alta se debe exclusivamente a que les resultará más fácil a los controladores ver los movimientos de aeronaves en el aire o en tierra.
Torres de Control más altas del mundo:
• El aeropuerto internacional de Suvarnabhumi, Tailandia, también reconocido como el nuevo aeropuerto internacional de Bangkok tiene la torre de control más alta del mundo. Mide 132.2 metros de altura.
• El aeropuerto internacional de Kuala Lumpur tiene una torre de alto control de 130 metros. También, tiene forma de antorcha y aproximadamente 120 de vuelos por hora son conducidos desde ella.
• Aeropuerto Internacional Hartsfield-Jackson de Atlanta, conocido por ser el aeropuerto más ocupado del mundo, tiene la tercera torre de control más alta y la torre más alta de América del Norte. Mide 121.31 metros de altura.
• En México, la torre de control del Aeropuerto de Santa Lucía tiene una altura de 88 metros, lo que la convierte en la segunda más alta del país, tan sólo por detrás de la del Aeropuerto de Cancún que se eleva 96 metros.
Así que, la próxima vez que visites un aeropuerto fíjate en la torre de control, la verás con otros ojos.
¡Viajemos Juntos!