Para la población es importante reducir la vulnerabilidad de las construcciones para el desarrollo de las regiones con alta sismicidad, como es el caso de México. Para ello es importante concientizar sobre los componentes y factores que construyen el riesgo, y que las autoridades puedan generar políticas públicas que promuevan un verdadero desarrollo en el país, enfatizó Eduardo Ismael Hernández, profesor de la Facultad de Ingeniería de la UPAEP.
Mencionó la Ley General de Protección Civil de México, que establece que un desastre es el resultado de la ocurrencia de uno o más agentes perturbadores severos o extremos, concatenados o no, de origen natural o de la actividad humana. En este sentido, mencionó los múltiples eventos perturbadores que ha enfrentado el país, como sismos, tormentas tropicales, huracanes, inundaciones y explosiones, y cómo estos eventos han afectado a la sociedad.
Eduardo Ismael hizo hincapié en que las empresas constructoras tienen una gran responsabilidad en el control del nivel de riesgo, ya que deben cumplir con las especificaciones de los reglamentos de construcción, tener un proyecto estructural adecuado y usar materiales de calidad. En este sentido, señaló que las zonas definidas como seguras por los protocolos de protección civil no son suficientes para garantizar la seguridad de las construcciones y la sociedad en general.
El Dr. Eduardo Ismael Hernández ha hablado sobre los efectos devastadores que los terremotos han tenido en distintas partes del mundo, citando ejemplos como los terremotos de Estados Unidos en 1994, Haití en 2010, Chile en 2010 y Japón en 1995 y 2011. También destacó el terremoto de Italia en 2016 y los sismos de septiembre de 2017 en México, que dejaron pérdidas económicas y humanas significativas, y enfatizó la importancia de tomar en serio la mitigación de riesgos y la construcción segura de edificios.
Además, señaló que los desastres naturales perjudican principalmente a las personas pobres y vulnerables. Por último, mencionó la complejidad de los sistemas sísmicos y la importancia de reducir tanto la amenaza como la vulnerabilidad en la prevención de riesgos sísmicos.
En su intervención, María Elena Raynal Gutiérrez, profesora de la Facultad de Ingeniería Civil de la UPAEP, habló acerca de la interacción entre el ambiente construido y el medio ambiente, enfocándose en el ciclo del agua y la gestión de inundaciones. Explicó que el cambio climático y la contaminación atmosférica han dificultado la predicción de las tormentas tropicales, lo que ha resultado en la afectación de dos tercios de la población mundial por fenómenos naturales. Además, mencionó que la adaptación al cambio climático implica medidas estructurales y no estructurales, tales como la planificación y el ordenamiento territorial.
En cuanto a la construcción de infraestructura, la Dra. Raynal destacó la importancia de considerar la ubicación de las estructuras y evitar construir en zonas de alto riesgo de inundación. Tomando como ejemplo a Japón, señaló que el gobierno ha establecido medidas para evitar la construcción en zonas inundables y ha hecho que los terrenos sean más costosos para evitar que las personas construyan allí. También enfatizó la necesidad de considerar la ubicación de las estructuras en relación con su función, de manera que las zonas más altas sean utilizadas para construir la infraestructura necesaria para el funcionamiento de la ciudad.
María Elena Raynal resaltó que es importante pensar en la construcción no solo desde el punto de vista del costo, sino también desde la perspectiva de la seguridad de las personas y la protección de las construcciones en caso de inundaciones. Asimismo, hizo un llamado a estar preparados ante futuras inundaciones y a implementar planes de gestión adecuados para reducir el riesgo y los daños.
Por su parte, Oscar Andrés Cuanalo Campos, también profesor de la Facultad de Ingeniería Civil de la UPAEP, destacó la importancia de realizar investigaciones previas al construir obras en el terreno natural para garantizar su correcto funcionamiento estructural y servicio, considerando las amenazas geodinámicas como sismos, erupciones volcánicas, deslizamientos de laderas, agrietamientos, subsidencia, expansión de suelos, hundimientos y erosión de suelos.
El comportamiento de las construcciones ante los sismos depende de tres factores principales: las características del sismo, el tipo de construcción y su cimentación, y las propiedades dinámicas del terreno roca que son atravesadas por las ondas sísmicas.
Además, Cuanalo Campos hizo referencia a los desastres, catalogados como un fenómeno de origen natural extraordinario que puede causar daño a una comunidad, sociedad, economía y medio ambiente. Los desastres tienen varios factores característicos de riesgo, como eventos no previstos en una región geográfica específica, elementos vulnerables y expuestos ante el evento, pérdidas humanas y económicas directas e indirectas, y necesidad de inversión de capital para reconstruir y rehabilitar las zonas afectadas.
Dijo que México es un país geodinámico que atraviesa el cinturón volcánico mexicano y está formado por todas las variedades de rocas existentes en la naturaleza. Se requiere de la intervención de la ingeniería civil para intervenir en los fenómenos secundarios generados por los desastres naturales, como los deslizamientos de laderas e inundaciones, mediante el adiestramiento a las comunidades y gobiernos, la implementación de programas de alerta temprana y la implementación de métodos constructivos de estabilización.
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