El incendio principal -denominado “Camp Fire”- sigue activo en el norte de California. Se reportan 228 desaparecidos.
Los equipos de rescate revisarán el martes el carbonizado paisaje de Paradise, California, en busca de restos humanos, mientras las autoridades se prepararan para un aumento de la cifra de muertos por los incendios que asolan al estado occidental estadounidense.
El incendio principal -denominado “Camp Fire”- sigue activo en el norte de California y ha acabado con la vida de al menos 42 personas, mientras que hay otras 228 están desaparecidas, según Kory Honea, alguacil del condado de Butte.
Otras dos personas perdieron la vida en el incendio “Woolsey”, que ha destruido 435 estructuras y desplazó a unas 200.000 personas en las montañas y laderas cercanas a la costa de Malibú, en el sur de California y al oeste de Los Ángeles.
“Camp Fire”, que ya es considerado como el incendio más destructivo jamás registrado en California en términos de pérdidas de propiedades- ha consumido más de 7.100 casas y otras estructuras desde que comenzó el jueves en las estribaciones de la sierra del condado de Butte, a unos 280 kilómetros al norte de San Francisco.
Para el martes está prevista la llegada de 150 personas para apoyar en las labores de búsqueda y recuperación de cuerpos, que se sumarán a los 13 equipos liderados por forenses que ya operan en la zona, dijo Honea.
El alguacil indicó que también ha pedido tres morgues portátiles al Ejército, personal especializado y un número no especificado de unidades de perros detectores de cadáveres para asistir en la búsqueda de restos humanos. Tres grupos de antropólogos forenses fueron contactados también para colaborar en las operaciones, añadió
La mayor parte de la destrucción y de pérdida de vidas ocurrió dentro y en torno a la localidad de Paradise, donde las llamas redujeron a cenizas y escombros la mayoría de los edificios en la noche del jueves, pocas horas después del inicio del incendio. Unas 52.000 personas siguen afectadas por las órdenes de evacuación, dijo el alguacil. Honea agregó que su oficina recibió peticiones para comprobar el paradero de más de 1.500 personas que no habían contactado con sus cercanos.