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Debido a los estragos causados por el huracán Otis en Guerrero, casi 184 mil estudiantes de educación inicial a bachillerato no han podido regresar a clases, por el cierre de escuelas, y cerca de 250 mil familias se encuentran damnificadas.

En Acapulco y Coyuca de Benítez, declarados zonas de desastre, la emergencia no ha pasado. En estos municipios, el tiempo que los niños dedicaban a la escuela ahora lo pasan cuidando a sus hermanos o limpiando los restos de casas afectadas, alerta la organización Save the Children.

“La situación es verdaderamente crítica; se requieren esfuerzos en conjunto para lograr que las comunidades se recuperen lo más pronto posible”, afirmó Fátima Andraca, directora de Respuesta Humanitaria de Save the Children en México.

“Nos preocupa el estado de las escuelas, las escuelas son espacios de aprendizaje, lugares seguros para niñas y niños y son un aliado en el proceso de resiliencia después de la catástrofe, sin embargo, vemos muy difícil que muchas logren abrir pronto, sobre todo las que se encuentran en la zona de la montaña en Acapulco. No olvidemos a los docentes también, ellos se encuentran preocupados por recuperarse de la afectación del huracán, muchos también lo perdieron todo y necesitamos también con ellos impulsar el apoyo emocional”, puntualizó.

Durante una visita a la zona de desastre, en Coyuca de Benítez y en colonias populares de la zona alta de Acapulco, el equipo de salvamento para menores pudo atestiguar el nivel de daños en casas y escuelas, así como las necesidades de familias que, a casi 15 días del impacto del huracán, hasta el fin de semana pasado se encontraban sin haber recibido agua y comida.

“Nos encontramos con familias que no han recibido ayuda humanitaria por la complejidad para llegar a las zonas afectadas”, precisó Fátima Andraca.

En Acapulco y Coyuca de Benítez existen mil 563 escuelas privadas y públicas, de nivel inicial a bachillerato. En algunos casos, los planteles resultaron completamente derruidos, los techos de lámina desaparecieron, el mobiliario quedó inservible, las ventanas se rompieron y restos de objetos y árboles se encuentran esparcidos alrededor, haciendo imposible que los planteles puedan reabrir para reanudar las clases, constató Save The Children México.

Para responder a la gravedad de la emergencia, el organismo informó que mantendrá presencia en las zonas afectadas, con la entrega de kits de higiene y saneamiento, así como alimentos y materiales para vivienda; además buscará alternativas de ocupación para las familias damnificadas, a fin de que éstas cuenten con ingresos.

Hasta ahora, el equipo humanitario de Save the Children ha entregado, en Acapulco y Coyuca de Benítez, más de dos mil 800 paquetes de alimentos; seis mil 547 litros de agua potable, así como kits de bienestar, e instaló un espacio amigable para dar contención emocional a niñas y niños.

Save The Children llamó a que quienes puedan aportar donativos lo hagan a través de la plataforma emergenciahumanitaria.mx y recordó que “no hay cantidad pequeña ante la necesidad tan apremiante en Guerrero”.

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