El gobierno de Marco Antonio Mena sostiene que hay estrecha colaboración con soldados y fuerzas federales para evitar nuevos destrozos a ductos de Pemex

En los recientes días la región norponiente de la entidad, específicamente en los municipios de Calpulalpan y Nanancamilpa, militares han reforzado –con nueva estrategia de seguridad- la vigilancia para evitar que huachicoleros destruyan los ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex) que cruzan por esa zona y roben el combustible.

Mientras tanto, el gobierno de Marco Antonio Mena Rodríguez sostuvo que hay estrecha colaboración con soldados y fuerzas federales para evitar nuevos destrozos a ductos de Pemex.

Empero, la Secretaría de Gobierno, que preside Aarón Pérez Carro, dijo desconocer el número de elementos militares apersonados –algunos a discreción- en la zona, pues argumentó que son “asuntos de seguridad nacional, nosotros solo colaboramos en lo que nos solicitan”.

Así, desde diciembre, no se ha registrado un acto de vandalismo a los ductos de Pemex debido a la presencia permanente de soldados y elementos de las policías federal y estatal. El último derrame por fuga de hidrocarburo se registró en la segunda semana de noviembre de 2018, en un paraje que se ubica cerca de la comunidad de La Soledad, en Calpulalpan.

EL INICIO DEL MAL

Como lo ha documentado puntualmente El Sol de Tlaxcala, el robo de hidrocarburo, ya sea mediante toma clandestina o perforación del ducto, comenzó hace unos 10 años de manera esporádica, solo que con el paso del tiempo se agudizó el problema, ya que, de cinco años a diciembre pasado, aumentó considerablemente el índice de tomas clandestinas y la ruptura del ducto que transporta diésel en Calpulalpan y Nanacamilpa.

Hoy, solo vestigios de diésel quedan en los parajes considerados puntos rojos por el gobierno de la República.

De hecho, la presencia de soldados –ordenada por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador- ha disminuido considerablemente robo de hidrocarburo en esa región.

De esta manera, en los parajes conocidos como el puente de Santa Isabel Mixtitlán y San Agustín, que se ubica a unos 500 metros de la comunidad de La Soledad, se registró el mayor robo de combustible no solo por parte de huachicoleros sino por cientos de personas que llegaron a recolectar diésel en pequeños estanques naturales y represas construidas para captar agua pluvial.

A partir de marzo del año pasado, cuando se registraron dos incendios de considerable magnitud, donde ardieron cientos de miles de litros de diésel, dejaron de haber incendios de hidrocarburo en diferentes parajes de Calpulalpan, aunque continuó la ordeña clandestina.

Los parajes donde se registró el mayor número de fugas a lo largo de 10 años son: San Agustín, Las Jaras, Los Lavaderos, Puente Ocomique, Rancho Tequixtla, La Venta, Puente Santa Isabel y La Soledad.

Según ambientalistas, el diésel que se derrama en parajes de Calpulalpan ocasionará consecuencias lamentables para la gente de la región, ya que el combustible que corre en el piso se filtra a los mantos freáticos y, en un futuro no mayor a dos años, el agua potable comenzará a tomar un sabor a diésel, además de que las tierras de cultivo aledañas al tramo de ductos dejarán de producir en la misma cantidad.

Actualmente se tiene conocimiento de que todavía se expende huachicol en las comunidades de La Soledad y San Mateo Actipan, en Calpulalpan.

EL DATO

En México, se llama huachicolero a la persona que se dedica a la actividad ilegal de robo y venta de combustible y bebidas alcohólicas adulteradas. Esta actividad empezó a tomar relevancia a partir de la liberación de precios del combustible, propuesta en el sexenio

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