Algunas de las causas de este retroceso en la población de insectos son la pérdida de hábitat y la contaminación.
En solo diez años alrededor de la mitad de mariposas, escarabajos y abejas del planeta han desaparecido.
Este descenso, que de media es del 41% entre las distintas razas de insectos, no solo supone un fenómeno alarmante en relación al futuro de estos invertebrados.
La progresiva extinción de los insectos tendría consecuencias fatales para el equilibrio global de todo el ecosistema, incluida la supervivencia de la raza humana.
Según el estudio «Worldwide decline of the entomofauna: A review of its drivers», publicado esta semana, algunas de las causas de este retroceso en la población de insectos son la pérdida de hábitat por la agricultura intensiva, los contaminantes agroquímicos (como pesticidas) o el cambo climático.
El análisis, dirigido entre otros por el español Francisco Sánchez-Bayo, recoge y compara las conclusiones de 73 estudios realizados en distintas regiones del mundo.