El rescate de la cocina local debe ser personal, que nosotros sigamos comiendo lo que se produce en las comunidades, considera el conocedor.
El chef Irad Santacruz Arciniega, consideró que la cocina tlaxcalteca sigue viva en las comunidades y no está en peligro de desaparecer, pero sí se debe rescatar el consumo personal de lo que se produce en las diferentes localidades del estado, así lo declaró durante el evento conmemorativo del Día de la Cocina Tlaxcalteca que se llevó a cabo en el Patio Vitral del Congreso del Estado.
Ahí recordó que con la declaración de la cocina tlaxcalteca como Patrimonio Cultural Inmaterial en el año 2009, se llevaron a cabo acciones importantes para proteger, preservar, transmitir y salvaguardar la herencia gastronómica en la entidad tarea que se ha realizado; además en el año 2016 se decretó el 27 de marzo como el Día de la Cocina Tlaxcalteca, y en 2018 se registró a la mayor cantidad de cocineras ante la Secretaría de Turismo Federal lo que significó la visibilidad de hombres y mujeres dueños del patrimonio gastronómico de la entidad.
En entrevista, comentó que a diez años de la declaratoria el patrimonio de la cocina tlaxcalteca es de todos, por lo que además estamos obligados a protegerlo a través del consumo.
Al respecto, subrayó que “nosotros no estamos rescatando la cocina, porque si uno va a las comunidades la cocina sigue ahí viva y vigente, es decir no está en peligro de desaparecer más bien es un rescate personal para que nosotros sigamos consumiendo lo que en las comunidades se sigue produciendo, el objetivo se ha ido logrando paulatinamente”.
En ese evento de conmemoración, el chef que se ha dedicado a compartir la gastronomía tlaxcalteca en más de ocho países entre ellos España, dijo que la muestra viva de la gastronomía local son los platillos de los municipios de Contla, Ixtenco, Huamantla, Zacatelco, Tetla, Xicohtzinco, Totolac, Huactzinco, y Tetlanohcan que se presentaron en el evento que se llevó a cabo en Palacio Legislativo entre ellos los muéganos, el mole de matuma o ladrillo, el mole prieto, los tamales, dulce de frijol, pipían, pulque, cacao, torta de haba, pinole, tlaxcales, entre otros.
“Hoy se cumplen 10 años de la declaratoria de la cocina de Tlaxcala, en el cual nos ponen diferentes propósitos y objetivos que tenemos que cumplir, creo que la voluntad política tiene que ver mucho porque si la hay se pueden hacer estas protecciones de patrimonio, cuando uno busca que un platillo sea patrimonio es para que le pertenezca a la comunidad y no a una agrupación, es decir que el patrimonio sea de todos y administración que vaya o venga el patrimonio es de toda la sociedad, y además de eso es protegerlo”.