En la cuenta de Twitter MeTooMúsicosMexicanos se acusó a Armando Vega Gil de acoso sexual.

Las acusaciones, en su mayoría anónimas, a través del movimiento #MeToo no abonan a resolver el problema real del acoso y abuso sexual que viven las mujeres en la actualidad, consideró Adelaida Salas, directora del Observatorio Ciudadano del Feminicidio-Yucatán.

Tras el reciente suicidio de Armando Vega Gil, integrante de la agrupación Botellita de Jerez, quien fue señalado de acoso sexual a través de Twitter, de lo que abundamos en la sección Imagen, la activista destaca la importancia de ver el contexto que llevó a que el bajista decidiera quitarse la vida.

“En realidad es duro, sin embargo, como lo queramos ver, es un tipo de violencia de mujeres hacia hombres que no podemos negar”, señaló.

“Nos han llegado casos de jóvenes del Tecnológico a punto de suicidarse por esta violencia que ejercen las mujeres sobre ellos, de la misma manera han llegado casos a la Fiscalía, aquí hablando de Yucatán, de hombres que van a denunciar violencia pero la primera violencia que reciben es la institucional”.

La activista considera que las denuncias anónimas no abonan a resolver el problema del acoso y abuso sexual, ya que pueden ocasionar desenlaces fatales como el suicidio de Armando Vega, quien, anotó, tal vez “estaba en un momento vulnerable” al momento de ser señalado de acoso y eso lo orilló a “tomar esa fatal decisión”.

Adelaida Salas reflexiona que las acusaciones anónimas no tienen sustento, ya que al no haber un rostro y nombre, no pueden considerarse válidas.

“Yo le diría a la gente que mientras provenga de un anónimo, no tiene ninguna validez, porque la persona que lo está diciendo no tiene las pruebas suficientes para sostenerlo, uno, y otro, si no es cierto, lo que tengo que hacer es demostrar que no es cierto. Esa clase de denuncia no se debe tomar en cuenta, porque cuando tú no das la cara es muy difícil que eso sea real”, señaló.

“Y no es de que digas ‘tengo miedo, no quiero aparecer’, porque hay mil maneras de hacer y probar las cosas, y más con este nuevo sistema penal de oralidad, donde tú no tienes que dar tu nombre, tus datos son confidenciales y puedes nombrar a una persona que te represente. Todo ha cambiado”, agregó.

Por otro lado, destacó la importancia de “condenar la violencia de hombres contra mujeres, o de mujeres hacia hombres” y agregó que es “un tanto difícil el poder reglamentar esa gran carretera que es el internet”.

“Pienso que estamos en pañales con respecto a esto”, pero, agregó, que “esto nos sirva de experiencia para que el Congreso empiece a trabajar en una iniciativa sobre esta clase de delito (denuncias anónimas en redes sociales) y tratar de que tengan una pena”. Adelaida Salas asevera que la polarización en redes sociales sobre el tema ocasionaría que el movimiento #MeToo sea perjudicado.

“Lo más lamentable es que muchas mujeres van a agredir a las mismas mujeres. Es lo más probable que todo el mundo le eche la culpa al movimiento sin pensar ni ver un contexto”, reflexionó.

“Fugaces”

También señaló que “en internet hay notas fugaces, hoy eres noticia, pero mañana ya se olvidó. O sea, sí impacta en el momento, pero debido a esta velocidad en lo que vamos conociendo las cosas, no nos permite sentarnos a seguir asimilando qué pasó”.

“Esto es un tema para reflexionar, estamos hablando de vidas, de cosas graves, pero que son efímeros, no se quedan en el colectivo”.

Por otro lado, consideró que ese activismo en internet es “muy difícil que más allá de las redes se pueda concretizar algo”, ya que “mientras estés con tu computadora y tu teléfono, todo es fácil y todo es posible, hasta toda la indignación del mundo, pero nada más convocas a realizar algo, a tratar de cambiar esto, y son muy pocas las personas conscientes que van a hacer algo”

Finalizó: “En redes es muy fácil opinar sin tener todos los argumentos en la mano”.— Carmen López Cabrera

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