Deshacerse de los cadáveres mediante este proceso permitiría un mínimo efecto ambiental, especialmente en zonas urbanas hacinadas, dijo el legislador.


Washington parece estar listo para convertirse en el primer estado en permitir una alternativa a los entierros, conocida como “reducción natural orgánica”, un proceso de descomposición acelerada que convierte los cadáveres en tierra en unas semanas.

La propuesta de ley para legalizar el proceso, a veces referido como “composta humana”, ya fue aprobada por la legislatura y se le envió al gobernador demócrata Jay Inslee.

De ser promulgada, la nueva ley entraría en vigor el 1 de mayo del 2020. Jaime Smith, vocera del mandatario, dijo que si bien la oficina del gobernador aún está revisando la medida, “parece ser una iniciativa seria para reducir el efecto” que tenemos en la Tierra.

El patrocinador del proyecto de ley, el senador demócrata Jamie Pedersen, dijo que tiene sentido deshacerse de cadáveres de esta manera, con un mínimo efecto ambiental, especialmente en zonas urbanas hacinadas.

El proceso de reducción natural orgánica produce 0,76 metros cúbicos (una yarda cúbica) de tierra por cadáver, lo suficiente como para llenar unas dos carretillas grandes. Pedersen dijo que las mismas leyes que se aplican a la incineración de restos, se aplican a la composta.

Los familiares pueden mantener el abono en urnas, usarlo para plantar un árbol en una propiedad privada o esparcirlo en terrenos públicos del estado, siempre y cuando cumpla con las regulaciones existentes relacionadas a restos humanos.

“Como que es sorprendente que uno tenga esta experiencia humana universal, todos vamos a morir,  y esta es un área donde la tecnología no ha hecho nada por nosotros. Durante miles de años hemos tenido dos maneras de deshacernos de los cadáveres: enterrar y quemar”, dijo Pedersen. “Parece un área lista para que la tecnología nos ayude a tener mejores opciones de las que hemos tenido”.

Pedersen dijo que la idea se la dio uno de los residentes de su distrito, una emprendedora que hizo del proyecto su tesis de postgrado.

Katrina Spade, fundadora y directora general de Recompose, era una estudiante de postgrado de arquitectura en la Universidad de Massachusetts Amherst cuando se le ocurrió la idea, emulando la práctica que los agricultores han usado durante décadas para deshacerse del ganado muerto.

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