Los científicos analizan la posibilidad de que un fármaco experimental pueda bloquear la capacidad de las células tumorales para absorber la leucina.

Un aminoácido conocido como leucina y que se encuentra en carnes, productos lácteos y frijoles, bloquea la efectividad de medicamentos contra el cáncer de mama, revelaron científicos de la Universidad de Harvard

Por tal motivo, los científicos recomendaron una dieta baja de ese componente que podría reducir la incidencia de la resistencia a los fármacos. 

El estudio también plantea la posibilidad de desarrollar un medicamento que refleje los efectos de esa restricción dietética al bloquear la capacidad de las células para tomar leucina del ambiente circundante. 

La investigación encabezada por Snthil Muthuswamy, profesor en la Escuela de Medicina de Harvard, se ha realizado con ratones a los cuales sembraron cáncer de mama resistentes a una medicina que se emplea como terapia complementaria contra esta enfermedad (tamoxifeno), para identificar si los cambios  en la dieta pueden establecer la diferencia. 

Asimismo, analizan la posibilidad de que un fármaco experimental pueda bloquear la capacidad de las células tumorales para absorber la leucina. 

Muthuswamy y su equipo encontraron que el cáncer de mama resistente al fármaco tamoxifeno contrarresta los efectos de éste al aumentar su ingesta  de leucina, un aminoácido que el cuerpo normalmente usa para producir proteínas y que debe consumirse en los alimentos. 

En un comunicado, la Universidad de Harvard informó que los especialistas encontraron que el bloqueo de la leucina para que no entrara en las células hizo que los tumores resistentes se encogieran. 

Las intervenciones de este proyecto se aplicarían en cáncer de seno con receptor positivo  o ER+, que representa el 70 por ciento de los casos de Estados Unidos al año. 

La resistencia a medicamentos como el tamoxifeno, desarrollado para detener el crecimiento y propagación del cáncer es una causa importante de recurrencia y metástasis, cuando se presenta la muerte se produce en dos o tres años, explicó el investigador. 

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