El regaló para Inés Tlapaya se convirtió en llanto, pues los restos de su hija están en un ataúd y son velados en una vivienda.
Una niña de apenas ocho años de edad, tenía la ilusión de comprar un pastel con fresas para celebrar el 10 de mayo a su progenitora, sin embargo un fatal accidente le arrebató la vida, un empleado de la tienda departamental Coppel la atropelló por aparente imprudencia.
Vanesa N., era estudiante de primaria, desde el pasado fin de semana le pidió dinero en secreto a su padre Gabriel Castro, pretendía comparar un regalo y sorprender a su madre.
La ilusión terminó la tarde del ocho de mayó cuando regresaba de la escuela y a unos metros de ingresar a su vivienda la embistió un una camioneta, pese a los intentos de paramédicos de la unidad de emergencia y de urgencias del Hospital Regional de San Pablo del Monte, la menor perdió la vida.
El regaló para Inés Tlapaya se convirtió en llanto, los restos de su hija están en un ataúd y son velados en una vivienda marcada con el número 58 en la comunidad de San Pedro, sobre las calles Tlaxcala y 20 de Noviembre.
El padre de Vanesa, informó que los representantes legales de la tienda departamental Coppel no se han acercado para dialogar y revisar el pago de los gastos funerarios así como del daño moral.
Gabriel refirió que en este momento lo más importante es darle cristiana sepultura a su pequeña, posteriormente revisar ante las autoridades competentes la evasión de la responsabilidad.
El presunto responsable se encuentra encarcelado así como la unidad quedó en calidad de garantía, pero el personal jurídico no ha tocado el domicilio donde se escucha el llanto de quienes claman justicia.
