Existen tlayudas rellenas de camarones, de chapulines, de hormigas chicatanas o guacamole.
@cronicabanqueta
La palabra tlayuda proviene del náhuatl tlao-li, que significa «maíz desgranado», más el sufijo español uda «abundancia». Las tlayudas son una tortilla de maíz de unos 30 centímetros o más; se cuece el tiempo necesario para que el agua se evapore, lo que le da la consistencia quebradiza y correosa.
Es típica de la región del Valle Central de Oaxaca, donde suele prepararse con asiento de puerco -manteca-, quesillo, frijoles, tasajo asado –cecina-, aguacate y salsa, aunque en esta región se sirve espolvoreada de azúcar, sobre todo por las noches.
Aunque son provenientes de Oaxaca, no es regla general, que se preparen como las del Valle Central, porque hay diferentes variables. Existen tlayudas rellenas de camarones, de chapulines, de hormigas chicatanas o guacamole.
Por lo que se han vuelto muy populares en los restaurantes de comida oaxaqueña contemporánea y cada uno agrega un toque de identidad a este platillo.
No por nada, las tlayudas forman parte de los platillos oaxaqueños que fueron declarados en 2010, Patrimonio Cultural Inmaterial por la UNESCO, así como el mole oaxaqueño, la sopa de guías, y los chapulines.
CARACTERÍSTICAS
Sus principales características son el gran tamaño (incluso más de 40 cm de diámetro), su sabor completamente diferente al de otro tipo de tortilla y la ligera dureza en su consistencia (sin llegar a ser tostada, sino más bien correosa), que adquiere al momento de cocerse en un comal comúnmente de barro, en el que se deja semi-tostar, es decir, un cocido mayor que el del otro tipo de tortilla, para luego al ser guardada en un tenate (recipiente hecho de hojas de palma).
Adquiere la consistencia característica: de flexible a semiquebradiza, muy ligeramente húmeda, fresca, difícil de masticar para quienes no están acostumbrados, aroma muy ligero como de tortilla quemada casi imperceptible. Una muy ligera cantidad de sal en la masa de nixtamal con la que se prepara en algunos casos, así como su cocimiento casi hasta el tueste, hacen que la tlayuda dure más tiempo sin descomponerse, como ocurre con las tortillas comunes.