Ante los recientes sismos que se percibieron en el poniente de la Ciudad de México, la Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC) informó que, de acuerdo con el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), estos movimientos telúricos no representan un comportamiento anormal de la sismicidad local, propia de la capital del país.
Estos sismos, de origen natural y registrados en la zona poniente de la metrópoli, fueron claramente percibidos por los habitantes de esa área debido a que su punto de origen (hipocentro) se encuentra apenas a un km de profundidad, es decir, muy cerca de la superficie.
El Servicio Sismológico Nacional (SSN) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) reportó que, de las 00:39 h del 26 de septiembre hasta las 03:57 h de la madrugada de hoy, se han presentado una serie de 17 sismos con rango de magnitudes entre 1.0 y 2.9, y profundidades de 1.0 km, siendo el de mayor magnitud (M2.9) el que ocurrió ayer a las 00:39 h.
Desde el 1° de enero de 2019 y hasta el día de hoy a las 07:00 h, en lo que respecta a los eventos de mayor tamaño con origen en el poniente de la Ciudad de México, el SSN ha registrado siete sismos con magnitudes entre 2.9 y 3.3. Estos eventos han estado acompañados por sismos de menor magnitud en la zona epicentral (réplicas), hasta más de 24 h después de ocurrido el evento principal.
En este sentido, cabe resaltar que se han llegado a observar más de 10 eventos en las primeras 24 horas, por lo que se puede asegurar que lo ocurrido ayer 26 de septiembre, no es un comportamiento anormal en cuanto a la sismicidad que ha experimentado la Ciudad de México, y tampoco implica modificaciones al diagnóstico de la sismicidad observada en la capital del país. Los siete sismos arriba mencionados se presentan a continuación.
Por lo anterior, la actividad sísmica que se registró ayer no implica la inminencia de un sismo de gran magnitud.
Es importante señalar que la alerta sísmica no se activa con estos eventos locales, en virtud de que dicho sistema está diseñado para alertar principalmente de sismos con origen en la región más activa del país, ubicada a lo largo del océano Pacifico, en la zona de subducción entre la Placa de Cocos y la de Norteamérica. Estos sismos, así como los de la Ciudad de México, no se pueden predecir.
Las autoridades de la Ciudad de México no reportaron daños como consecuencia de estos movimientos telúricos.
El Servicio Sismológico Nacional monitorea esta actividad de forma permanente.
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