La Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en los territorios palestinos ocupados condenó este martes los repetidos ataques del ejército israelí que han causado una gran cantidad de muertes de civiles en el norte de Gaza durante las últimas cinco semanas, y agregó que su asedio ha dejado a la población de esa zona sin acceso a ayuda humanitaria, atención médica o servicios de rescate de emergencia.
La dependencia señaló que el proceder de Israel en el norte de Gaza, incluidos los ataques a los refugios, el asedio y otras restricciones a la entrada y distribución de los artículos de primera necesidad, así como los ataques denunciados a quienes huyen, “sugieren que las acciones de Israel tienen por objeto crear condiciones de vida que muy probablemente resulten en vaciar el norte de Gaza por muerte o traslado forzoso de su población palestina”.
En una sesión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU sobre la hambruna inminente en el norte de Gaza, la secretaria general adjunta para los derechos humanos describió como “catastrófica” la situación humanitaria y de derechos humanos de los civiles palestinos en ese territorio asediado.
“Cerca de 1,9 millones de personas han sido desplazadas, muchas de ellas en repetidas ocasiones, incluidas mujeres embarazadas, personas con discapacidades, ancianos y niños”, dijo Ilze Brands Kehris, agregando que los ataques israelíes contra refugios y edificios residenciales siguen matando a un número desmesurado de civiles.
Brands Kehris sostuvo que los ataques a las llamadas ‘zonas seguras’ demuestran que los palestinos no están a salvo en ningún lugar de Gaza.
La ONU detalló que del 6 de octubre pasado a la fecha ha registrado al menos 17 incidentes denunciados que dejaron más de diez muertes cada uno. De ellos, al menos doce causaron más de 20 muertes. También hubo más de cien sucesos que resultaron en un número menor de decesos. La mayoría de los casos fueron ataques a edificios residenciales donde se refugiaban familias enteras.
Riesgo deliberado de dejar morir de hambre
La Oficina indicó que el patrón y la frecuencia de los incidentes evidencian un ataque sistemático a los refugios y que el gran número de personas muertas suscita serias preocupaciones de que el ejército israelí “siga utilizando armas con efectos de área amplia en zonas residenciales con impactos indiscriminados y desproporcionados”, un comportamiento ya observado con anterioridad.
En la reunión del Consejo -solicitada por Guyana, Suiza, Argelia y Eslovenia-, participó asimismo, el director de Emergencias de la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que centró su intervención en la lamentable situación de la seguridad alimentaria en el norte de Gaza.
“El Comité de Examen de la Hambruna ha encontrado una gran probabilidad de que se esté produciendo o sea inminente una hambruna en zonas del norte de la Franja de Gaza”, recalcó Rein Paulsen.
Los sistemas agroalimentarios han colapsado y casi el 70% de las tierras de cultivo, que aportaban hasta un tercio del consumo diario, han sido dañadas o destruidas desde que comenzó la escalada de hostilidades el año pasado”, reportó, urgiendo a un alto el fuego.
La alimentación es un derecho humano
Aunque la FAO está dispuesta a intensificar sus esfuerzos para responder y mitigar la hambruna, no podemos olvidar que la paz “es un requisito previo para la seguridad alimentaria”, enfatizó, y agregó que el derecho a la alimentación es un derecho humano.
Paulsen consideró que el mundo todavía puede y debe salvar vidas, y llamó a la comunidad internacional a multiplicar los esfuerzos diplomáticos para resolver la inseguridad alimentaria provocada por el conflicto: “Se trata de un imperativo humanitario y es nuestra responsabilidad moral. La gente necesita con premura alimentos, agua, asistencia médica y otra ayuda humanitaria esencial”.
Explicó que cuando se declara la hambruna, la gente ya está muriendo de hambre, con consecuencias irreversibles que durarán generaciones.
Actuar hoy, no mañana
La coordinadora interina de Ayuda de Emergencia, por su parte, resaltó que la mayor parte de Gaza “es ahora un páramo de escombros”.
Joyce Msuya deploró que se haya vuelto habitual que los niños heridos en Gaza tengan escritas en los brazos las palabras “niño herido sin familia sobreviviente”.
El discurso de Msuya versó sobre los abusos israelíes contra los gazatíes y el impedimento de Israel al acceso de los suministros vitales para la población desesperada.
La responsable de la asistencia humanitaria dijo que se han cortado en gran medida los bienes y servicios comerciales esenciales, incluida la electricidad, “dando lugar a un aumento del hambre, la inanición y, ahora -como hemos oído-, a una posible hambruna”.
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