Con la temporada navideña a la vuelta de la esquina, la comida se convierte en el punto central de las reuniones familiares, sin importar los presupuestos, enfatizaron José de Jesús Ojeda Hernández, chef ejecutivo, y Gonzalo Urbina Castelán, chef pastelero, de la Facultad de Gastronomía de la UPAEP, quienes compartieron ideas para disfrutar de platillos tradicionales que combinan sabor, historia y accesibilidad económica.
Pepe Ojeda destacó cómo la Navidad es un momento único que reúne a familias, más allá de las diferencias. «La cena navideña en México no solo es un acto gastronómico, sino un momento de convivencia que rescata tradiciones y sabores propios de cada región”, comentó.
Desde los romeritos con tortitas de camarón hasta los ayocotes, platillos como estos reflejan la riqueza cultural de Puebla y otros estados. «Los romeritos, típicos del Estado de México, o los ayocotes, propios de la temporada en Puebla, son opciones económicas que evocan la esencia de la Navidad mexicana”, explicó.
Además, mencionó la importancia de planificar y usar ingredientes locales y de temporada, como las legumbres y hierbas frescas, para preparar platillos significativos sin gastar demasiado.
En su intervención, Gonzalo Urbina resaltó la relevancia de los postres y bebidas tradicionales que endulzan las mesas navideñas. Desde la clásica ensalada de manzana y el arroz con leche, hasta los icónicos buñuelos con jarabe de piloncillo, los sabores de la época crean recuerdos entrañables.
Los postres en esta temporada son un reflejo de la riqueza estacional de México, con ingredientes como cítricos, tejocotes y guayabas que aportan frescura y color a nuestras mesas”, afirmó. También destacó el tradicional ponche de frutas, un elemento infaltable que reúne ingredientes como manzana, caña, jamaica y tejocotes, adaptándose al gusto de cada hogar.
Aunque la Navidad puede significar un gasto considerable, los chefs coincidieron en que lo importante es la creatividad. Desde un pavo navideño, que aunque más costoso es icónico, hasta opciones más accesibles como los chipotles rellenos y las guarniciones económicas, hay alternativas para todos.
Lo fundamental es el objetivo de esta celebración, la unión familiar y la creación de momentos especiales, más allá del lujo o la sofisticación en la elaboración de los platillos”, señaló Urbina Castelán.
Para quienes buscan opciones accesibles, José de Jesús Ojeda sugiere platillos tradicionales como los romeritos con tortitas de camarón seco. Este platillo puede prepararse sustituyendo ingredientes costosos, como el camarón fresco, por opciones más económicas. Con un mole sencillo y acompañando con tortillas de agua, se obtiene un plato nutritivo y lleno de sabor, ideal para compartir.
Otra alternativa económica incluye pescados locales en lugar de bacalao, logrando una receta igualmente deliciosa y con menor impacto en el bolsillo. El costo estimado por persona para estas cenas económicas oscila entre 80 y 120 pesos, dependiendo de los ingredientes y el lugar donde se adquieran.
Para quienes buscan algo más elaborado, los chefs recomiendan opciones como pavo relleno o incluso platos con influencias europeas, como el “foie gras” de Pato, con salsas agridulces. El pavo puede rellenarse con una mezcla de carnes económicas como cerdo y pollo, o incluso vegetales, para añadir un toque de sofisticación a la cena.
Otra propuesta es un lomo de cerdo en salsa de frutos rojos, una combinación que equilibra los sabores dulces y salados, característica de la gastronomía navideña. Estas opciones suelen superar los 300 pesos por persona, pero son ideales para quienes desean ofrecer una experiencia culinaria más refinada.
Ambos chefs coinciden en que adquirir productos con anticipación es clave para controlar costos, especialmente en el caso de ingredientes como el pavo o la pierna de cerdo, cuyos precios tienden a incrementarse conforme se acerca la temporada. Mantenerlos congelados bajo las condiciones adecuadas garantiza su frescura y calidad.
Gonzalo Urbina añade que, aunque el pavo es el protagonista en muchas mesas, otras familias optan por platillos menos tradicionales, pero igualmente deliciosos, como chipotles rellenos, que ocupan un lugar especial en la cocina poblana.
La sidra es un clásico que no puede faltar, destaca Urbina Castelán, al ser una bebida ligera y adecuada para toda la familia. Alternativamente, el ponche mexicano se erige como una tradición que une generaciones, con frutas de temporada y especias como canela y clavo. Otras opciones incluyen sangrías, clericós o incluso vino caliente especiado, que se ha popularizado en algunas regiones.
Más allá del presupuesto, lo que realmente importa en estas fechas es la convivencia familiar y el respeto por las tradiciones. Como señalan Pepe Ojeda y Gonzalo Urbina, cada familia tiene sus propias recetas y costumbres que merecen ser preservadas y compartidas. Con creatividad y planificación, es posible disfrutar de una cena navideña inolvidable, sin importar el costo.
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