Del 19 al 23 de agosto se llevará a cabo una búsqueda en Tulancingo, Hidalgo, corredor que se conecta con Puebla.
Aunque la prioridad del colectivo La Voz de los Desaparecidos sigue siendo la búsqueda con vida, “no podemos apartarnos de la realidad”, dice María Luisa Núñez, una de las caras más visibles del colectivo, con relación a las fosas clandestinas que continúan apareciendo en la entidad.
Todos los familiares que lo integran, incluyendo el caso más reciente —que no tiene más de 20 días—, se están planteando la búsqueda en terrenos, sobre todo tras los hechos de la última semana.
En 24 horas, lo que no ha sucedido con ninguna de las Carpetas de Investigación del colectivo —algunos casos con más de 10 años de antigüedad—, se logró encontrar e identificar el cuerpo de un funcionario estatal que fue secuestrado y asesinado, poniendo a disposición de las autoridades incluso a 14 presuntos responsables.
El hallazgo del delegado de la Secretaría General de Gobierno, Fernando Tinoco, estuvo acompañado de seis cadáveres más; un segundo pozo sería encontrado al poco tiempo, por lo que finalmente fueron más de 20 cuerpos los localizados en la misma zona, identificada tan sólo por las diligencias llevadas a cabo por el aparato de seguridad.
“Que Dios me perdone por lo que digo, pero qué bueno que mataron al delegado. ¿Saben por qué? Porque por él se encontraron 22 personas más, porque esas 22 familias van a encontrar la paz que todos nosotros aún no encontramos,” dijo doña Lety, quien busca a su padre José de Jesús desde mayo de 2016.
Hasta que un cráneo que ella misma encontró sea plenamente identificado, las autoridades procederán a citar al principal sospechoso de la desaparición, aunque desde marzo les entregó una serie de pruebas que fácilmente podrían justificar el citatorio. “Me he gastado lo que no se imaginan. La jubilación que a mí me dieron me la he gastado en mi padre. Y de cinco hijos, soy la única que lo busca.”
¿Qué es lo que les demostró el caso del delegado a las familias? En palabras de María Luisa: que se tiene una policía con conocimiento, bien preparada, eficaz y que sí puede dar resultados. ¿El problema? Que como familiares tienen “el infortunio de no ser funcionarios públicos de primer nivel”, de ahí que, en este momento, aunque se encuentren acompañados de la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Congreso del Estado, se sientan solos, impotentes.
Al finalizar el Primer Foro Itinerante sobre Desaparecidos en Puebla, que tuvo lugar en Huauchinango, María Luisa aseguró que la decisión de comenzar a buscar en terrenos parte de dos realidades: el hallazgo de al menos diez fosas clandestinas —incluyendo tres con más de 20 cuerpos en el Triángulo Rojo— en los últimos meses, y el hecho de que muchas familias que tienen a familiares desaparecidos sí llegan a encontrarlos sin vida.
“Se tiene que descartar que no hubiesen sido asesinados o privados de su libertad, para eso tenemos que buscarlos en los Semefos y en fosas clandestinas”; reiteran, sin embargo, que su prioridad sigue siendo la búsqueda con vida, en las primeras horas de la desaparición.
Del 19 al 23 de agosto se llevará a cabo una búsqueda en Tulancingo, Hidalgo, corredor que se conecta con Puebla y donde desapareció el papá de Jocelyn Orgen, del colectivo Uniendo Cristales, hace más de cinco años. “Sí nos gustaría ir, pero no todos los familiares del colectivo están en la posición de hacerlo, sobre todo por cuestiones económicas” o porque no pueden dejar sus empleos o trasladarse desde sus municipios. “Es cuestión de organizarnos y ver quiénes nos pueden acompañar”.
Nota completa AQUÍ