Treinta años después de que Juan Pablo II implorase a los mozambiqueños que pusieran fin a su guerra civil, se esperaba que Francisco respaldara el nuevo acuerdo.

El papa Francisco inició el miércoles una gira por tres países del sur de África con una visita estratégica a Mozambique, apenas unas semanas después de que el partido gobernante en el país y la oposición armada firmaran un nuevo acuerdo de paz, y unas semanas antes de las elecciones nacionales.

Treinta años después de que Juan Pablo II implorase a los mozambiqueños que pusieran fin a su guerra civil, se esperaba que Francisco respaldara el nuevo acuerdo del 1 de agosto e instara a aplicarlo por completo cuando se reúna el jueves con miembros del gobierno, en su primer día completo en la región.

El pontífice llegaba el miércoles por la noche, aunque no tenía actos públicos programados tras una breve ceremonia de bienvenida en el aeropuerto.

El momento de la visita no es una coincidencia, ya que el papa llega semanas después de que se firmara el acuerdo entre el gobernante partido Frelimo y la oposición armada Frenamo y antes de las elecciones nacionales del 15 de octubre. La votación está considerada como crucial porque una nueva enmienda constitucional ha descentralizado el poder para que los gobernadores provinciales sean elegidos de forma directa, y no nombrados por el gobierno central.

La guerra civil de Mozambique, que duró quince años hasta el acuerdo de paz de 1992, dejó en torno a un millón de muertos y devastó la antigua colonia portuguesa. El alto el fuego permanente firmado el 1 de agosto fue la culminación de años de negociaciones para poner fin a los combates esporádicos que se han registrado en los últimos 27 años.

En el centro de Mozambique, el guardia de Parque Nacional Gorongosa Pedro Muagura dijo que hay esperanzas de que la visita papal refuerce el acuerdo.

“En general, la gente es muy, muy optimista sobre que el papa sea una buena influencia para la paz y unas buenas elecciones”, dijo Muagura. “En 1992, nuestro acuerdo de paz se firmó tras la visita del papa”, dijo, aludiendo al histórico viaje de Juan Pablo II en 1988. “Ahora hay las mismas expectativas de que este papa traiga una influencia positiva, reconciliación entre todos los mozambiqueños. “Esas son las esperanzas de muchos aquí”.

Francisco también atenderá a los afectados por dos ciclones consecutivos que golpearon el país este año, dejando más de 650 muertos y destruyendo amplias extensiones de cultivos antes de la víspera de la cosecha.

Esa sucesión de tormentas sin precedentes dejó sobre la mesa el impacto del cambio climático en países como Mozambique, que con sus 2 mil 400 kilómetros ( mil 500 millas) de costa es uno de los más vulnerables del mundo a la subida del nivel del mar, el calentamiento de las aguas y las impredecibles tormentas atribuidas al calentamiento global.

Francisco ha convertido las preocupaciones medioambientales en un pilar de su pontificado, vinculando el cambio climático con la persistente explotación de los pobres del mundo por parte de los ricos.

Es probable que el tema surja durante su visita a Mozambique, así como en el segundo tramo de su viaje, que le llevará a Madagascar, donde la deforestación amenaza a ecosistemas con flora y fauna únicos del país, una isla en el Océano Índico.

Francisco también pasará un día en Mauricio antes de regresar a Roma el 10 de septiembre.

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