La lluvia arreciaba a las afueras del recinto universitario, lo que retrasó el acceso a la sala. Una vez adentro del lobby, la gente pudo estar más tranquila.

Café Tacvba hizo historia al convertirse en la primera agrupación musical latinoamericana en hacer un segundo Unplugged. El escenario perfecto fue la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario de la UNAM, en la Ciudad de México, donde poco más de 2 mil personas tuvieron el privilegio de presenciar la grabación en vivo del acústico.

La cita para ser testigos del evento, que marcaba también los 30 años de la banda mexicana, era originalmente a las 19:30 horas. La lluvia arreciaba a las afueras del recinto universitario, lo que retrasó el acceso a la sala. Una vez adentro del lobby, la gente pudo estar más tranquila.

Como es el caso de este tipo de eventos, la logística es algo diferente a un concierto en vivo ordinario. Era evidente que muchas personas, con brazalete en la muñeca, eran VIP; fueron los primeros en ingresar al lobby de la Sala, ocasionando la molestia de la gran mayoría.

“No cámaras, no videos, no celulares. Si se descubre a alguien filmando o sacando alguna foto, será sacado de la sala inmediatamente”, anunciaban los organizadores, que estaban acompañados por personal de seguridad de la propia UNAM.

El acceso a la sala fue sin contratiempos. Pasaban las 8 de la noche y el foro estaba a la mitad de su capacidad, aunque a las 8:30 pm prácticamente estaban ocupadas todas las butacas. La gente comenzaba a desesperarse. El del sonido anunciaba la primera llamada, reiterando la prohibición de dispositivos móviles bajo amenaza de ser sacado de la sala.

“Goya, goya, goya, cachún cachún ra ra”, gritó un grupo de jóvenes en las partes altas del recinto. “Cállense mugrosos” o “pinches chairos”, fue la respuesta de algunas personas a la porra universitaria en un recinto de la UNAM.

A las 8:45 pm la segunda llamada ya no agradó a muchos, que comenzaron a silbar y a presionar a la producción. Se percibe que muchos de los invitados no eran fans de los tacvbos. El acceso a la zona VIP estaba restringido. Vino de honor, agua, refrescos y canapés sólo era para ellos.

A las 9 de la noche, la presión del público era más intensa. “Tenemos algunas fallas, queremos que todo salga bien. Una disculpa por la demora, enseguida sale Café Tacvba”. El clásico silbido mexicano en las salas de cine también se hace presente.

Son las 9 de la noche con siete minutos. Café Tacvba entra a escena. Los gritos de adoración hacia la banda mexicana no se hacen esperar. Rubén Albarrán, Emmanuel del Real, Joselo y Enrique Rangel, todos de blanco y negro, se dejan querer por sus fans en esta velada musical.

“De pronto me encontré viajando a gran velocidad / la atmósfera crucé y dejé de sentir la gravedad / en instantes me perdí entre tanto astro fugaz / entonces comencé a estallar…”, se escucha a plenitud El espacio, de su producción Revés/Yo soy de 1999, que junto con las luces perfectamente sincronizadas más el acompañamiento de la orquesta sinfónica, hacen que la noche sea prometedora.

Afuera llovía, pero los convidados a la velada ni lo advertían. Continuó La locomotora para más adelante escuchar el ‘himno de los chilangos’: Ya chole chango chilango / que chafa chamba te chutas / No checa andar de tacuche / y chale con la charola. La concurrencia estallaba en júbilo.

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