Participa en el Congreso de Humanidades “Instituciones Políticas y Educativas en pos del Bien Común”, donde destacó el papel de la BUAP como agente de cambio.


La universidad es un organismo vivo, es el corazón de una sociedad que crece, una referencia ética, una esperanza social permanente, destacó el Rector Alfonso Esparza Ortiz durante su intervención en el Congreso de Humanidades “Instituciones Políticas y Educativas en pos del Bien Común”, organizado por la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep).

Durante su participación en la mesa redonda “Las Universidades como actores de un futuro común en México”, el Rector Esparza Ortiz compartió una reflexión sobre el rol de las universidades como parte de la estructura de la vida social, política, económica del país, junto con sus homólogos Emilio José Baños Ardavín, de la UPAEP; Javier Iguiñiz Echeverría, de la Pontifica Universidad Católica de Perú; y Santiago García Álvarez, de la Universidad Panamericana, Plantel México.

Al iniciar su intervención, Esparza Ortiz aprovechó la oportunidad para brindar a la comunidad de la Upaep sus condolencias por la muerte de Alejandro Trejo Almontes, egresado de esta institución, de quien dijo, también fue alumno de la BUAP. Posteriormente y en respuesta a las preguntas que abrieron este foro: qué es lo que se espera de las universidades, cuál es su rol político y social y cuáles son sus responsabilidades como actores de un futuro común, mencionó que parte del quehacer de la universidad se centra en tres aspectos principales: formadora, crítica y generadora de investigación.

Como una entidad formadora, dijo, la universidad moderna ya no está para crear trabajadores exclusivamente. Su objetivo fundamental es formar ciudadanos y ciudadanas adaptables a sus entornos, capaces de crear soluciones ante nuevos retos. Por otra parte, el papel de la universidad no solo es enseñar conocimientos, sino preparar para ser críticos con el conocimiento y así llevarlo a nuevos lugares.

“La universidad no se conforma, nunca piensa que es suficiente. La universidad nos empuja a hacernos nuevas preguntas, a no dar por cierto lo que no puede ser demostrado, debemos llevar a nuestros estudiantes a siempre tener un espíritu crítico”.

Respecto a su papel como generadora de investigación, Alfonso Esparza Ortiz mencionó que el futuro tiene que ir de la mano de la investigación. En este sentido, recordó que es en las universidades donde se descubre, se innova, porque se han convertido en el último reducto de los investigadores, lo que también permite ofrecer nuevas soluciones a los problemas que enfrenta el país.

Para responder cuáles son las responsabilidades de las universidades como actores de un futuro común, el Rector Alfonso Esparza Ortiz refirió que el humanismo y la competitividad son dos aspectos que deben ser tomados en cuenta.

El humanismo es parte del compromiso de la universidad y siempre hay que poner en el centro de toda discusión a la persona, por eso las instituciones de educación superior, señaló, brindan un espacio para desarrollar la creatividad del ser humano. Destacó que como parte de ese humanismo, la universidad se presenta como un agente esperanzador para muchos estudiantes que ven en esta la única oportunidad de mejorar sus condiciones de vida.

En cuanto a la competitividad, añadió que la propuesta es que exista una sinergia oportuna entre los investigadores y el desarrollo, para que la innovación parta de sus aportaciones, de ahí la importancia de apoyar al sector académico.

Por su parte, José Emilio Baños Ardavín, agradeció la intervención de los rectores en este foro, destacando la participación de Alfonso Esparza Ortiz, al señalar que reconocía su disposición para participar en un foro académico y ofrecer una perspectiva sobre la necesidad de anclar el humanismo en una cultura solidaria impulsada por la universidad.

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