Los descubrimientos descritos son producto de años de investigación que realizan el doctor Lourival Possani y sus colaboradores del Instituto de Biotecnología. 

Dos componentes extraídos del veneno del alacrán Diplocentrus melici tienen un efecto antibiótico contra microorganismos como Mycobacterium tuberculosis, causante de la tuberculosis y Staphylococcus aureus, que provoca la mayoría de las infecciones por estafilococos en la piel y en los huesos.

Además, el componente que es más efectivo para Mycobacterium tuberculosis también funciona como inhibidor del crecimiento de células cancerígenas. Estos hallazgos recientemente fueron reportados en una revista de investigación.

Los descubrimientos descritos son producto de años de investigación que realizan el doctor Lourival Possani y sus colaboradores del Instituto de Biotecnología de la UNAM.

El doctor Possani narra que hace casi dos décadas detectó por primera vez que había un alacrán cuyo veneno adquiría un color entre café y marrón al ser extraído y dejarlo cierto tiempo expuesto al aire. Hace dos años, nuevamente, volvieron a obtener ese veneno del alacrán Diplocentrus melici, y empezaron a verificar por qué el líquido, que inicialmente era incoloro y viscoso, se tornaba colorido.

“Normalmente el veneno de los alacranes lo que tiene son péptidos y proteínas, o sea, desde el punto de vista químico son polímeros de aminoácidos que se enlazan uno a otro para formar la cadena polipeptídica y las proteínas son eso, son un producto de la polimerización de aminoácidos”, explica.

Sin embargo, agrega, la mayoría de los componentes descritos en el veneno de los alacranes con importancia farmacológica son de origen protéico, es decir, son polímeros de aminoácidos, y precisamente descubrieron que el compuesto que da color no tenía aminoácidos.

Trabajo de colaboración

El alacrán Diplocentrus melici fue colectado en el estado de Veracruz, aunque alacranes del género Diplocentrus pueden encontrarse por toda la República mexicana. Lo primero que hicieron con su veneno fue analizar el colorante que se obtenía después de dejarlo un tiempo bajo condiciones ambientales. De esta mezcla coloreada, se aislaron dos compuestos, uno rojo y otro azul, los cuales se purificaron usando cromatografía.

Los investigadores detectaron que eran de bajo peso molecular, que no tenían aminoácidos y que podrían servir como antibiótico para ciertos microorganismos como el Staphylococcus aureus.

Además, con apoyo del doctor Richard Zare, de la Universidad de Stanford, analizaron estos compuestos con espectroscopia de masas y resonancia nuclear magnética para determinar cuál era su composición química.

Asimismo, dado que la cantidad de veneno que se extrae de ese alacrán es muy pequeña y que la SEMARNAT no permite colectar demasiados ejemplares para tener cantidades suficientes de veneno y realizar un estudio funcional, el equipo de trabajo del doctor Zare sintetizó ambos componentes.

“Ya con el producto sintético que ellos me mandaron confirmamos la estructura química en el Instituto de Química por difracción de rayos X, porque nos mandaron el material cristalizado, los componentes cristalinos y vimos que exactamente era la estructura esperada, descrita y entonces empezamos a realizar análisis más cuidadosos”, señala el doctor Possani, ganador del Premio Nacional de Ciencias y Artes en 1995 y 2016.

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