El ex presidente de BOlivia sostiene que en su país se ha instalado una «dictadura» que será resistida por los movimientos sociales e indígenas.
Evo Morales, el hombre que en 2006 se convirtió en el primer presidente indígena de Bolivia, está en la sala de un hotel de Ciudad de México, con una intensa agenda de entrevistas y llamadas telefónicas.
Comenta que mantiene su viejo hábito de levantarse de madrugada desde que llegó el martes a México como asilado político, tras renunciar a la presidencia de su país y denunciar un golpe de Estado.
En una entrevista que concedió a BBC Mundo, Morales sostiene que en Bolivia se ha instalado una «dictadura» que será resistida por los movimientos sociales e indígenas, denuncia la complicidad de Estados Unidos en el proceso que lo llevó a abandonar el cargo, defiende su triunfo en las elecciones del 20 de octubre, y no descarta que en el futuro vuelva a ser candidato.
Aquí la entrevista:
Evo Morales, muchas gracias por esta entrevista con BBC Mundo. ¿Cómo se define usted en este momento: presidente, expresidente, presidente depuesto, asilado político?¿Cuál es su condición en este momento?
Bueno, muchas gracias por la entrevista. Un saludo a BBC Mundo. Muy contento con este encuentro para poder decir la verdad sobre nuestra querida Bolivia.
Me dicen los juristas: mientras que la Asamblea no apruebe mi renuncia, sigo siendo presidente.
Estoy esperando que la Asamblea Nacional decida sobre mi renuncia, si la rechaza o aprueba.
En la Asamblea, quiero decir, tenemos dos tercios en el Senado como en Diputados.
Esa es la máxima democracia que vive Bolivia desde los tiempos de la fundación de la República.
Se acuerdan ustedes que en tiempos pasados presidentes que ganaban con menos del 20 por ciento bajo la democracia pactada gobernaba.
Nosotros ganamos con 64 por ciento, 61 por ciento, más del 50 por ciento. Y en las últimas elecciones ganamos en la primera vuelta, aunque no llegamos al 50%.
Estoy esperando ahora que ya se organizaron en la Asamblea posiblemente van a tratar mi renuncia. Será su aprobación o su rechazo correspondiente.
¿Usted se sigue considerando presidente de Bolivia en este momento?
No yo, sino es una interpretación jurídica.
¿Pero usted piensa ejercer de alguna forma esa condición que dice que los juristas le atribuyen?
¿O está deseoso de que los parlamentarios aprueben?
Eso es decisión de la Asamblea correspondiente.
Pero en el fondo, me hace recordar que en 2002 me expulsaron del Congreso, y el movimiento campesino y el pueblo se movilizó.
Esa expulsión era para inhabilitarme como candidato. ¿Qué quiere decir eso? Bajo un proceso sentenciarme a no ser candidato por instrucción de la embajada de Estados Unidos.
Del 2002 al 2019 se repite la historia: no solamente me expulsan del Congreso sino de Bolivia.
Entonces esperando este tema jurídico.
Yo por supuesto no me siento presidente, porque ser presidente es hacer gestión.
Usted sabe que trabajamos desde las 5 de la mañana hasta las 11, 12, 1 de la mañana cada día, de lunes a domingo.
Eso no lo estoy haciendo, por tanto personalmente no me siento presidente aunque interpretaciones jurídicas digan que sigo siendo.
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