Los prelados asesinados iban de una población cercana a la parroquia cuando fueron atacados
El martes, el fiscal de Guerrero, Xavier Olea, atribuyó el ataque contra los sacerdotes Iván Añorve y Germaín Muñiz a que integrantes de la delincuencia organizada identificaron al padre Muñiz, por unas fotos donde porta un arma larga.
Según el fiscal, lo habrían relacionado con un grupo antagónico que opera en Mezcala, Carrizalillo, Taxco, Taxco El Viejo y parte de Iguala.
Lo que desencadenó el ataque armado, a las hoy víctimas, por personas que no son de Guerrero y pertenecen a un grupo delictivo del Estado de México“, afirmó el fiscal.
El martes, el obispo de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel, se pronunció respecto a esas imágenes:
De ninguna manera estoy yo de acuerdo, o estamos de acuerdo, en esta versión que dio el fiscal, porque yo quiero esperarme que haya más investigaciones… Es una fotografía que le habían sacado al padre Germaín, hace un año o año y medio… Quieren relacionar al padre Germaín con esos grupos delictivos. También yo veo que en la declaración que hizo el fiscal, que en Juliantla, siendo un territorio fuertemente marcado por la delincuencia, ahí se juntaron grupos del Estado de México, de Guerrero, de Morelos. Imagínese usted una convivencia de grupos antagónicos. Es lo que a mí se me hace raro”, aseveró.
Este miércoles, en redes sociales circuló un video en el que se ve al obispo Rangel, en la iglesia de Santa María de Guadalupe, en Tlanicuilulco, municipio de Quechultenango, oficiando misa y agradeciendo por los regalos que le hicieron; en esa zona opera la banda de “Los Ardillos”.
Me siento como señora rica… No están haciendo un regalo al obispo sino a Dios”, comentó el obispo, según el video.
En marzo de 2017, el mismo obispo de Chilpancingo-Chilapa reconoció haberse reunido con integrantes del crimen organizado.
La Fiscalía de Guerrero aclaró que en ningún momento se señaló que el sacerdote estuviera vinculado con algún grupo de la delincuencia organizada.