La especie fue encontrada por Valdez-Mondragón y sus alumnas Claudia Navarro, Karen Solís, Mayra Cortez y Alma Juárez.

Un grupo de universitarios mexicanos descubrieron una nueva especie de la letal araña violinista, considerada la más peligrosa de México, informó el lunes la máxima casa de estudios del país latinoamericano.

De acuerdo con un reporte de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la especie denominada «Loxosceles tonochtitlan» es la primera originaria de la región del Valle de México.

«Con este hallazgo, más dos arañas introducidas hace años, hoy somos el país con la más alta diversidad de especies de este género (Loxosceles), pues 140 que existen en nuestro territorio contamos con 40, que representan alrededor del 30 por ciento de la diversidad mundial», explicó el académico del Instituto de Biología de la UNAM, Alejandro Valdez-Mondragón.

La especie fue encontrada por Valdez-Mondragón y sus alumnas Claudia Navarro, Karen Solís, Mayra Cortez y Alma Juárez.

«Se hicieron estudios de morfología tradicional y geométrica, y modelaje de nicho ecológico para reafirmar que la especie es diferente. Hasta ahora, ‘L. tenochtitlan es la única nativa de la Ciudad de México, estado de México y Tlaxcala«, destacó Valdez-Mondragón.

Lo que la hace única, detalló el científico, es la forma de la tibia en los palpos del macho, las estructuras sexuales de la hembra tienen unos receptáculos seminales donde almacenan el esperma y también presentan cambios en algunas secuencias genéticas.

«A simple vista se puede identificar porque su color café oscuro no es llamativo, y a diferencia de otras especies en el país, tiene un patrón dorsal en forma de violín muy visible, de ahí su nombre», abundó.

Asimismo, Valdez-Mondragón precisó que estas arañas son tímidas y evitan el contacto humano, pero si se sienten amenazadas reaccionan mordiendo, porque es su mecanismo de defensa.

«La mordedura de este arácnido tiene características muy comunes: empieza con una llaga que se torna morada y rosada alrededor», refirió.

Sin embargo, es difícil identificar el cuadro clínico porque comúnmente la mordedura no es dolorosa y se puede confundir con una infección cutánea, picadura de insecto o urticaria.

Finalmente, en caso de mordedura, el universitario recomendó, de ser posible, recolectar el ejemplar para saber a qué especie pertenece y acudir al médico para que determine si es necesario administrar un antihistamínico, desinflamatorio o suero específico.

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