Solo en la cueva Sac Aktún se han hallado casi 200 sitios arqueológicos con vestigios de la cultura maya e incluso de la época Colonial.
Cuando un grupo de especialistas inició hace cuatro años la exploración de lo que hoy se conoce como el Gran Acuífero Maya, la mayor investigación en su tipo en la historia de México, no imaginaban lo que descubrirían.
«Sabíamos que existía un acuífero natural debajo de la Península que comprenden los estados de Yucatán, Campeche y Quintana Roo, pero una de las misiones fue caracterizarlo primero con un nombre y los descubrimientos que hemos hecho es que su extensión es mucho mayor de lo que pensábamos, son miles de kilómetros de cuevas inundadas con agua dulce. En el estado de Quintana Roo, por ejemplo, hallamos la conexión de dos grandes sistemas de cuevas, Sac Aktún y Ox bel ha, con lo que logramos tener la cueva inundada más larga del mundo, de 379 kilómetros», cuenta Guillermo de Anda, director del proyecto Gran Acuífero Maya (GAM).
La llamada Península de Yucatán es la porción septentrional de Mesoamérica, que divide el Golfo de México del Mar Caribe, y la integran los estados mexicanos de Yucatán, Quintana Roo y Campeche (al norte), y Belice y Guatemala (al sur).
Pero el resultado de la mayor investigación subacuática que México ha hecho hasta ahora de la cultura maya, también develó un gran número de sitios arqueológicos sumergidos y vestigios de hombres tempranos.
«Dentro de esta gran extensión, hemos encontrado un gran número de sitios arqueológicos, es decir hay evidencia para señalar que se trata del sitio arqueológico sumergido más grande del mundo, porque hay una gran cantidad de objetos y de huesos, tenemos vestigios desde el Pleistoceno, animales extintos, alrededor de 12 vestigios de hombres tempranos en la Península, en un área donde no se consideraba que los hubiera, y eso es una gran noticia», comparte De Anda con entusiasmo a RT.
Solo en la cueva Sac Aktún se han hallado casi 200 sitios arqueológicos con vestigios de la cultura maya e incluso de la época Colonial.
a inquietud del arqueólogo investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México inició 30 años atrás cuando una serie de preguntas sobre la zona se le iban planteando en su labor.
El arranque del proyecto tuvo su primer foco en la Arqueología, pero conforme progresó se hizo necesario abrirlo a otras disciplinas. «Cuando vi la extensión y la cantidad de material arqueológico me di cuenta que solamente desde la Arqueología era difícil llegar a interpretaciones, entonces se sumaron hidrogeólogos, biólogos, comunicólogos, para tratar de entender e interpretar este acuífero tan complejo», explica el también explorador de National Geographic.
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