El acuerdo recibió solo un sufragio en contra. La mayoría de los legisladores demócratas y republicanos expresaron un fuerte apoyo al acuerdo modificado.
Un Comité de la Cámara liderado por los demócratas avanzó en el acuerdo de libre comercio entre Estados Unidos, México y Canadá –la prioridad legislativa de Donald Trump–, incluso cuando la cámara se alista para acusar al republicano el miércoles.
El acuerdo comercial para renovar el TLCAN pasó el martes por el Comité de Medios y Arbitrios, lo que lo envía a la Cámara de Representantes, donde está programada una votación para el jueves.
El acuerdo recibió solo un sufragio en contra. La mayoría de los legisladores demócratas y republicanos expresaron un fuerte apoyo al acuerdo modificado, aunque todavía hubo voces que mostraron su preocupación respecto al cumplimiento de las prácticas laborales en México.
La voz disidente de la votación fue del republicano Bill Pascrel. El representante argumentó que votó en contra porque aún quedan grandes preguntas por responder, “aún queda saber si el acuerdo abordará adecuadamente los problemas de subcontratación, si aumentarán los salarios de los trabajadores estadounidenses y si México se responsabilizará de cumplir plenamente con sus leyes laborales”, expresó.
Las dudas también se expandieron a terreno demócrata, ya que el representante Brian Higgins dijo que él también tenía algunas preocupaciones con el nuevo pacto, argumentando que dos tercios eran positivos pero un tercio era preocupante, “mi principal duda es sobre la implementación de las reformas laborales mexicanas”, agregó, de acuerdo con el portal Inside Trade.
A pesar de estas preocupaciones, los demócratas dijeron que la revisión del T-MEC era un trato mucho mejor que el que firmó el presidente Donald Trump el año pasado.
“Estos cambios establecen un nuevo estándar para los acuerdos comerciales de Estados Unidos y demuestran que los acuerdos comerciales pueden lograr un amplio apoyo bipartidista si empoderan a los trabajadores, protegen el acceso de los pacientes a una atención médica asequible y mejoran nuestro entorno compartido”, dijo el presidente del Comité de Medios y Arbitrios, Richard Neal.
Neal indicó que la votación en el pleno de la Cámara se llevará a cabo este jueves, el día después de que se espera que la cámara vote sobre la destitución de Donald Trump y un día antes de que los miembros legislativos se vayan de vacaciones.
Al respecto, Moisés Kalach, coordinador de la estrategia bilateral México-Estados Unidos del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), señaló que el avance en los aparatos legislativos estadounidenses “demuestran que el proceso sigue adelante, que esto es importante tanto para Estados Unidos como para México, pero lo más significativo es que la Cámara lo apruebe, y después irá al Senado en enero, entonces sin duda esta noticia es positiva para todo el proceso que hemos llevado, independientemente de la polémica”.
El Senado, liderado por los republicanos, no asumirá el acuerdo comercial hasta el próximo año, después de que el órgano concluya el juicio político en el que se espera absuelva a Trump y decida no destituirlo de su cargo.
Se necesitará una mayoría simple para ser aprobada en el Senado, de acuerdo con los poderes comerciales acelerados que el Congreso le dio al presidente en 2015.
La revisión del tratado comercial le dará a Trump una victoria política muy necesaria para su campaña de reelección en 2020.
Si bien los líderes de Canadá, México y Estados Unidos firmaron una versión inicial del T-MEC en noviembre de 2018, los demócratas lograron realizar cambios en las disposiciones laborales, ambientales, de aplicación y de protección de patentes de medicamentos en el acuerdo.
La presidente de la Cámara, Nancy Pelosi, anunció el acuerdo la semana pasada y elogió la versión actualizada como modelo para futuros acuerdos comerciales.
“Las mejoras que negociamos en el T-MEC finalmente hacen que el acuerdo sea ejecutable”, dijo el presidente del comité, Richard Neal, un demócrata de Massachusetts.
El T-MEC renegociado creará un nuevo mecanismo de aplicación para la mano de obra, con paneles de vía rápida para investigar violaciones laborales, las cuales pueden ser castigadas con aranceles específicos de fábrica o prohibiciones de importación.
México se opuso esta semana a una disposición en el proyecto de ley que financia cinco agregados laborales en la Embajada de Estados Unidos en Ciudad de México para monitorear los derechos de los trabajadores. El gobierno mexicano retiró su objeción el lunes después de que la administración Trump aclarara que estos agregados no llevarían a cabo inspecciones en las fábricas.
El proyecto de ley proporciona 843 millones de dólares de dinero de los contribuyentes estadounidenses para implementar el acuerdo, incluidos fondos para ayudar a México a examinar los contratos sindicales como parte de su nueva ley laboral.
Se proyecta que el T-MEC tendrá un pequeño efecto en la economía general de Estados Unidos, agregando solo 0.35 por ciento al PIB después de seis años, según una estimación oficial del país.
Aun así, el acuerdo resolverá parte de la incertidumbre que se cierne sobre las cadenas de producción agrícola y manufacturera en América del Norte, lo que concede a Trump y a los demócratas moderados una victoria política.