Este instrumento deriva de un estudio para conocer las vías sensitivas que llevan la información del dolor.


En el mundo más de 20 grupos de investigación usan un modelo animal con inflamación de encías para abundar en el conocimiento de la periodontitis, pero ninguno reporta datos sobre el sondeo periodontal; es decir, la profundidad del espacio entre el diente y la encía que muestra el estado de dicha enfermedad.

Al percatarse de la necesidad de medir este indicador en los modelos experimentales, científicos de la BUAP diseñaron una sonda periodontal para roedores. En esta innovación tecnológica, derivada de un estudio para conocer las vías sensitivas que llevan la información mecánica de la boca al cerebro, participan investigadores de la Facultad de Estomatología y del Centro Universitario de Vinculación y Transferencia de Tecnología.

Este desarrollo está en trámite de solicitud de patente. Julia Flores Tochihuitl, académica de la Facultad de Estomatología, señaló que en el uso del modelo animal con enfermedad periodontal faltaba evaluar este sondeo. Por ello, “decidimos generar un prototipo de sonda periodontal para roedores y medir la profundidad del surco gingival. Se trata de un aporte para darle mayor validez al modelo murino con esta característica”.

La inflamación e infección de las encías (periodontitis) es la segunda enfermedad dental con más recurrencia en el ser humano, después de la caries, ya que afecta aproximadamente al 50 por ciento de los adultos. Resulta en la formación de bolsas periodontales o surcos profundizados patológicamente entre la encía y la raíz del diente, como consecuencia de una respuesta inflamatoria.

El diseño, construcción y estudios de aleación de la sonda periodontal para murino fue realizado por estudiantes de la licenciatura, principalmente por Cristian Jesús Andraca Hernández. Sus características son similares al instrumento utilizado en el ser humano.

Estudio previo El paciente asiste al consultorio dental para atender la periodontitis y las consecuencias de esta, como la pérdida de dientes. Para abundar en el conocimiento de las vías sensitivas que llevan esta información al cerebro, Julia Flores Tochihuitl estudia el nervio trigémino (sensitivo de la cara), cuya principal función es transmitir información motora y vegetativa. En esta vía de conducción nerviosa analiza el subnúcleo oralis, el tálamo y la corteza somatosensorial. “La meta es conocer qué pasa a lo largo de toda la vía”.

La doctora en Ciencias Químico Biológicas por el Instituto Politécnico Nacional indicó que además existe una relación estrecha entre periodontitis y diabetes, puesto que esta última ocasiona inflamación sistémica. La diabetes y obesidad se caracterizan por producir sustancias señalizadoras que causan inflamación en el organismo. Incluso, “algunas investigaciones evidencian una bidireccionalidad entre ambos males, ya que tener diabetes propicia un mayor riesgo de desarrollar periodontitis y viceversa, la enfermedad periodontal también aumenta la incidencia de diabetes”, detalló.

Para entender esta dualidad (periodontitis-diabetes) y los cambios en la vía trigeminal, la académica utilizó un modelo animal con esta alteración metabólica y le indujo periodontitis, mediante la colocación de una ligadura de metal en el primer molar durante 14 días para generar la acumulación de alimento y con ello inflamación en el ligamento periodontal. La rata Zucker es la cepa más viable para dicho estudio, al presentar diabetes y obesidad. Trascurrido este tiempo con la ligadura, se efectuó un análisis histopatológico de la zona periodontal afectada. Como resultado de este trabajo se desarrolló una sonda periodontal para modelo murino.

Asimismo, examinó las zonas cerebrales que procesan la información sensitiva del ligamento periodontal con la tinción Golgi-Cox para observar neuronas individuales. En la amplificación de las células midió y cuantificó su arborización. “Esos dos aspectos nos dan una idea de la respuesta de plasticidad o de adaptación ante el estímulo nocivo, en este caso la inflamación del ligamento periodontal”.

En la comparación de los cuatro grupos de estudio (diabetes con enfermedad periodontal, diabético, enfermedad periodontal y control), Flores Tochihuitl expuso que las ratas diabéticas -sobre todo los machos- presentan una mayor arborización de las dendritas (estructuras encargadas de la comunicación funcional entre varias células). Lo anterior “significa que existe plasticidad”. El término plasticidad cerebral expresa la capacidad adaptativa del sistema nervioso para minimizar los efectos de las lesiones, a través de modificar su propia organización estructural y funcional.

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