La visita a México de una misión del Vaticano para recabar testimonios e información sobre abusos sexuales y encubrimiento en la iglesia católica mexicana ha sido pospuesta y, de momento, no tiene nueva fecha.
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) indicó el viernes en un comunicado que la visita, prevista del 20 al 27 de marzo, no se realizará debido a la situación sanitaria provocada por el nuevo coronavirus, COVID-19, debido a la cual la Santa Sede “ha suspendido toda actividad en el extranjero”.
El lunes, cuando se anunció la misión, ya existía emergencia sanitaria en Italia por esta epidemia y aunque el jueves el Vaticano registró el primer caso positivo y anunció el cierre por precaución de algunas oficinas, no había hecho ninguna referencia a cancelación de viajes o actos en fuera del país.
La misión de Charles Scicluna, secretario adjunto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y monseñor Jordi Bertomeu podría haber alarmado a algunos en la jerarquía mexicana, ya que solo un día después de su anuncio, el representante del Vaticano en México, Franco Coppola, reveló en rueda de prensa que cuatro obispos mexicanos estaban bajo investigación, unas pesquisas que, según aclaró a AP posteriormente, se iniciaron en mayo presuntamente por haber encubierto casos de pederastia.
En un mensaje a la AP, Coppola comentó que la suspensión había sido “por la emergencia sanitaria”. “Todos los infectados en México han viajado recientemente a Italia”, agregó.
La CEM señaló que la Nunciatura Apostólica mantendrá habilitado el correo electrónico para que quien lo desee les escriba sobre el tema: nunciatura.mexico@diplomat.va .
Coppola abrió esta vía directa de comunicación en diciembre y ya ha recibido decenas de denuncias, la mayoría por encubrimiento. Algunas de las víctimas de abuso, que ya se mostraban escépticas ante la misión, mostraron el viernes sus dudas hacia las explicaciones oficiales.
“No sé qué estén planeando”, comentó Ana Lucía Salazar, quien fue abusada por el sacerdote Fernando Martínez cuando tenía ocho años. “No creo que sea por eso”, dijo tras enterarse del comunicado.
“¿Por qué planean la visita de este calibre cuando varias semanas antes ya se hablaba del coronavirus?”, se pregunta otra de las víctimas, Jesus Romero Colin. “No sé si estaban midiendo el clima mediático y de las víctimas a ver cuántas iban a tener”.
La emergencia por el coronavirus se ha extendido por dos semanas en Italia, aunque los casos se han concentrado sobre todo en la región norte de Lombardía, que ha registrado la mitad de los 4.636 casos a nivel nacional.
La zona de Lazio, en el centro sur del país y donde se localiza el Vaticano, ha registrado 54 casos. Scicluna, el principal investigador del papa en casos de abusos sexuales, vive en Malta, de donde es arzobispo y hasta el momento no se ha anunciado ningún contagio por coronavirus en la isla.
En México, sólo se han confirmado cinco. México es el segundo país con mayor población católica y la visita había generado ciertas expectativas debido a que aquí se han acumulado por años denuncias de abusos y encubrimientos. Los enviados papales eran, además, quienes formaron parte de una comisión similar que fue enviada a Chile en 2018, la cual supuso tal exposición de la jerarquía religiosa del país sudamericano que todos los obispos chilenos en activo pusieron su cargo a disposición de la Iglesia y el papa tuvo que pedir perdón por lo ocurrido en el país sudamericano.
Desde el año pasado, México ha regresado a los reflectores tras la aparición de nuevas víctimas de abusos de los Legionarios de Cristo, que en un informe en diciembre reconocieron haber detectado un centenar de pederastas.
Algunos de ellos ya fallecieron, como el fundador de la orden, Marcial Maciel, que abusó de 60 adolescentes y fue obligado a retirarse.
Al margen de todos esos casos, que no pasaron por la CEM, el episcopado ha abierto investigaciones por abusos sexuales a 217 sacerdotes en la última década, según sus datos propios. Otra víctima de un legionario, Biani López-Antúnez, dijo a la AP que, si bien el coronavirus representa una emergencia sanitaria, “en México la integridad física, emocional y psicosocial de nuestros niños debe ser un tema prioritario”. “No podemos quedarnos de brazos cruzados esperando al Vaticano mientras nuestros niños siguen siendo violentados por sacerdotes”, señaló.