Este delito no está incluido en la ley alemana, a pesar de que 122 mujeres fueron asesinadas en 2018.
Los derechos de las mujeres han ganado importancia en los últimos años en todo el mundo. Sin embargo, en países como Alemania el feminicidio no es aún un tema que ocupe mayor atención.
Brecha salarial, representación política, igualdad de género son algunos de los derechos de las mujeres que enfocan la atención en Alemania. Pero no el feminicidio.
Incluso, el feminicidio no está contemplado en la ley alemana, a pesar de que 122 mujeres fueron asesinadas en el país europeo en 2018, es decir, una cada tres días. Los medios alemanes, por su parte, presentan los feminicidios como un «drama» o una «tragedia familiar».
En febrero de ese mismo año, la llamada Convención de Estambul, un instrumento del Consejo de Europa que apunta a «proteger a las mujeres contra todas las formas de violencia» entró en vigor en Alemania. Sin embargo, el gobierno ha asegurado que el feminicidio «no es un fenómeno que pueda encontrarse en Alemania».
Ingrid Wehr, representante de la Oficina Regional Cono Sur de la Fundación Heinrich Böll en conversación con DW., consideró: «primero hay que despedirse de la idea de que Alemania está muy avanzada en temas de feminismo».
«Aunque obviamente tuvo una historia de movimientos feministas muy fuertes con muchos logros, Alemania es un país que tiene déficits», agrega.
Wehr señala que «una de las discusiones que no se han dado hasta ahora en Alemania es justamente el feminicidio», y «a pesar de que las cifras son preocupantes y el gobierno lo admitió cuando presentó los datos, no hay una reacción o discusión adecuada sobre el instrumento penal parecida a la que hay en América Latina».
Según ONU Mujeres, organización dedicada a promover la igualdad de género, todos los países de América Latina, excepto Cuba y Haití, tienen leyes que penalizan el feminicidio. Y no es para menos: mas de 3.500 mujeres fueron víctimas de feminicidio en 2018, reportó el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe. El Salvador (6.8 por cada 100.000 mujeres), Honduras (5.1) y Bolivia (2.3) registran las tasas más altas de este crimen.
En este sentido, Wehr observa la existencia de un enfoque político en Latinoamérica. «La discusión en América Latina es diferente, porque se dio dentro de un contexto en el que el delito del feminicidio fue clasificado mas bien como un delito pasional con menos condena que un homicidio», aclara, «aquí hubo una decisión explícitamente política por parte de feministas de establecer en el derecho penal el delito de feminicidio».
El impacto de la violencia en las sociedades
Wehr destaca el contexto: «Centroamérica y algunos países de Suramérica son muy golpeados por violencia en general, con datos de homicidios y violencia hacia la mujer que están muy por encima del promedio mundial».
«Los debates en la Unión Europea no se enfocaron en la violencia física, en el feminicidio, porque nacieron en otro tipo de contexto», explica. «Muchos de los debates se dieron en torno a derechos sexuales y reproductivos, derechos sociales y discriminación, y recientemente retoman el tema de violencia en contra de las mujeres como un tema estructural».
Clara Franco Yáñez, especialista en temas de género del German Institute of Global and Area Studies (GIGA), coincide en que el contexto presenta diferencias importantes en la forma en que el feminicidio es abordado en América Latina y Alemania. «Cada país es diferente en su contexto y la historia de cada país en particular puede influir mucho en la legislación que se acaba creando», dice a DW.
«El feminicidio también existe en Alemania, pero quizás no es un problema tan grande como ha sido en México, por ejemplo. La ley se va desarrollando en respuesta a lo que está sucediendo», comenta Franco. También explica que las razones que explican la creciente violencia contra las mujeres en México son complejas y variadas, y algunas hasta históricas, como por ejemplo, el hecho de que el país comparta frontera con Estados Unidos: «Ha habido muchos casos de trata de personas, de esclavitud sexual en la frontera, donde es fácil que la gente se pierda de los registros».
Asimismo, la especialista señala que «no todos los asesinatos de mujeres son feminicidios», pero aclara que «a las mujeres las suelen matar generalmente por razones muy distintas que a un hombre». Al respecto, pone en relieve el caso de México, donde «hay gente que cuestiona el por qué hablar de feminicidio», pero «a las mujeres por lo general las mata alguien que las conoce íntimamente», y «las razones suelen estar relacionadas directamente a su género, al hecho de que son mujeres».
México, a pesar de no tener una de las tasas más altas de feminicidio en América Latina (1.4 por cada 100.000 mujeres), es un caso alarmante. Allí, al menos 320 mujeres fueron asesinadas en enero de este año, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Ante la creciente violencia, habrá un paro de mujeres el 9 de marzo, un día después del Día Internacional de la Mujer.