En la Universidad se creó el primer taller con valor curricular en materia de estudios de género.


El feminismo ha sido un tema recurrente en la BUAP desde hace casi 50 años, desde una perspectiva académica. De acuerdo con la Cronología de los Estudios de la Mujer, de Género y Feminismo en México, fue en 1980 cuando el Colegio de Antropología Social de esta Universidad propuso el primer Taller de Antropología de la Mujer.

Este taller, dirigido por la entonces académica Marcela Lagarde, se convirtió en un espacio en el que coincidieron estudiantes de Antropología, pero también investigadoras de diversa procedencia, con intereses que las encaminaban a lugares de encuentro para el estudio del feminismo. Tres años después de la creación de este taller, el Colegio de Antropología Social abrió el área de estudio “Sexualidad y Cultura”, el primer espacio académico con valor curricular en materia de estudios de género y feminismo en las universidades públicas mexicanas del que se tiene registro.

En 1986, Marcela Lagarde dejó la BUAP y el área quedó a cargo de las investigadoras María Eugenia D’Aubeterre y Antonella Fagetti, quienes en 1992 cambian su adscripción al Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades. Cabe recordar que fue también en la década de los 80 cuando se manifestaron las mujeres inmersas en las ciencias naturales y exactas, quienes demandaron una participación equitativa en el desarrollo de la ciencia y la tecnología mexicana, y fue gracias a esto que se presentaron programas y propuestas para estimular el desarrollo de las mujeres en estas actividades.

En los congresos, conferencias y foros de distintas disciplinas también se puso sobre la mesa la necesidad de abordar la relación género-ciencia, género-educación superior, así como los resultados de la investigación feminista o con perspectiva de género.

La BUAP y su primer Centro de Estudios de Género En la BUAP se formalizó todavía más el interés académico por el tema de género, lo que provocó que en 1994 se creara el Seminario de Estudios de Género. Un año después, en 1995, la Facultad de Filosofía y Letras fundó su primer Centro de Investigación y Estudios de la Mujer, una estrategia que se enmarcó en los acuerdos suscritos por México a raíz de la IV Conferencia Internacional de la Mujer, realizada en Beijing de ese mismo año.

Asimismo, para dar continuidad a la formación básica de estudiantes, se incorporó un Seminario Permanente de Titulación Especializado en Estudios sobre Género y se creó el Centro de Documentación Marcela Lagarde y de los Ríos.

El Centro de Investigación y Estudios de la Mujer se convirtió en un espacio que dio continuidad al estudio y análisis de diversas líneas de investigación con perspectiva de género, entre las que destacaron las masculinidades, pero con un enfoque poco estudiado. El interés por los estudios con perspectiva de género logró extenderse en la Universidad y para el año 2000 el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego”, a través de su posgrado en Sociología, propuso abrir para sus estudiantes el Seminario Género y Procesos Socioculturales.

Fue así como el feminismo académico logró permear no solo en la BUAP, sino en las universidades mexicanas. El trabajo realizado en este campo se ha fortalecido, lo que se refleja en la creación de grupos y redes temáticas como la de “Tecnología, Ciencia y Género” (Red Mexciteg, 2012), que impulsa encuentros, cursos, diplomados y posgrados en universidades de toda la República Mexicana, con el tema de género como eje rector.

Este trabajo, principalmente de mujeres científicas, ha favorecido el desarrollo de nuevas estrategias de investigación y hallazgos que han contribuido a reconfigurar el campo de las ciencias sociales y humanidades e, incluso, de las ciencias exactas.

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