A pesar de que la concepción haya sido producto de una violación sexual, las adolescentes continúan con el proceso de gestación.
La directora en Tlaxcala de la Red por los Derechos Sexuales y Reproductivos en México (Ddeser), Rosario Texis Zúñiga reveló que durante el año 2019 acompañaron siete mil casos de niñas y adolescentes embarazadas, de las que el 70 por ciento decidieron continuar con el proceso de gestación hasta tener al bebé, mientras que el 30 por ciento restante optó por la interrupción legal del embarazo.
Dijo que muchos de esos embarazos en niñas y adolescentes fueron producto de abuso sexual y violación, motivo por el cual tienen derecho a la interrupción legal del proceso de gestación, no obstante no todas aceptaron hacer valer ese precepto, en ese sentido estimaron que solo el 30 por ciento de las niñas y adolescentes decidieron interrumpir el embarazo.
Mientras que el 70 por ciento restante de las niñas y adolescentes optaron por continuar con el embarazo y tener al bebé, ese tipo de casos se da con mayor frecuencia entre las de 14 a 17 años de edad, que es cuando se ilusionan con ser mamás y cuidar a un bebé por el contexto social en el que viven en poblaciones conservadoras, moralistas y donde aún prevalece el machismo.
“Son las adolescentes las que continúan mucho con el embarazo, el 70 por ciento si continúan el embarazo y un 30 por ciento dicen que no porque fue violencia, es complicado hablarles de sus derecho decirles que si fue violencia sexual es su derecho decidir si continúan o no con el proceso de gestación, pero tienen muy arraigado eso del sentimiento del amor materno y que debe ser lo que Dios quiera”, explicó Texis Zúñiga.
Comentó que cuando se trata de casos de niñas menores de 12 años, hablan con los papás, mamás o tutores, para poder tomar una decisión respecto a la continuidad del proceso de gestación.
El Código Penal del Estado de Tlaxcala, en su artículo 243 establece que “no ameritará responsabilidad la interrupción del embarazo en los supuestos siguientes: Si hay aborto culposo. Si el embarazo es producto de violación. Si el embarazo es producto de una inseminación artificial no consentida. Si la vida de la mujer está en peligro o hay riesgo de grave daño a su salud.
Y si hay una malformación del producto que sea incompatible con la vida. Aun con ello, las niñas y adolescentes en muchos de los casos de embarazo producto de una violación continúan con el proceso de gestación hasta tener al bebé, también incluso aunque su vida esté en peligro o riesgo.
