Los equipos dicen que quieren que los jugadores ayuden a limitar los daños aceptando un recorte en su paquete salarial.

Con los futbolistas mejor pagados del mundo, dueños de clubes multimillonarios, políticos bajo presión y hasta un líder sindical millonario implicado, tal vez no sea sorprendente que las negociaciones para rebajar los sueldos en la liga más pudiente no hayan llegado aún a una conclusión amistosa.

No obstante, lo que más preocupa a los que buscan poner fin al estancamiento en las negociaciones es que los dos bandos principales -clubes y jugadores- parecen estar hablando de dos asuntos totalmente diferentes.

La brecha es tan grande que, aunque se espera que las conversaciones continúen, el resultado más probable, es una serie de acuerdos de clubes a título individual con los jugadores más que un pacto a nivel nacional.

En las reuniones, las escuadras de la Liga Premier pidieron una “combinación de reducciones y aplazamientos condicionales por el 30% de la remuneración anual total”.

Los clubes dicen que necesitan reducir la cuenta de sus nóminas temporalmente, para poder cubrir sus gastos en un momento en que han sufrido una gran reducción de ingresos.

Ha pasado casi un mes ya desde que el balón dejó de rodar, cuatro semanas sin un partido televisado y sin ingresos en las taquillas, con el riesgo vigente aún de que no pueda completarse la temporada y que los canales reclamen hasta 760 millones de libras (933,89 millones de dólares) en pagos a los clubes.

Los equipos dicen que quieren que los jugadores ayuden a limitar los daños aceptando un recorte en su paquete salarial. Los clubes de la Premier gastan en promedio cerca de un 60% de sus ingresos en salarios.

El salario promedio mensual de un jugador de la Premier es de unas 240.000 libras y el mejor pagado, el arquero español del Manchester United David de Gea, gana una cantidad estimada de 1,5 millones mensuales.

La Asociación de Futbolistas Profesionales (PFA, por sus siglas en inglés), que representa a jugadores a todos los niveles, incluidas ligas inferiores peor pagadas, indicó que sus representados están dispuestos a entregar parte de sus ingresos, pero no quieren que se los queden los dueños de los clubes.

“No es que ellos (los jugadores) no aprecien la gravedad de lo que estamos viviendo”, dijo el jefe sindical Gordon Taylor el lunes. “Es que si su dinero se está viendo afectado, quieren saber qué pasa con él, y les gustaría poder elegir dónde va”.

Los equipos se han visto sorprendidos por esta respuesta, ya que no están pidiendo a los futbolistas que hagan donaciones, sino que aplacen sus ingresos. La liga acordó donar 20 millones de libras al Sistema Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés) y a comunidades locales.

“HACER SU PARTE”

La postura de los jugadores se endureció desde que el ministro de Salud, Matt Hancock, dijo que deberían reducirse el salario y “hacer su parte”. Estos respondieron rápidamente que lo están haciendo a través de asociaciones benéficas a las que apoyan de manera individual y la NHS.

Si todo este pulso le parece increíble al público en general, en un momento en que Reino Unido combate una pandemia que se ha cobrado 4.897 vidas hasta la fecha y lidia con un confinamiento que está afectando a la economía, la decisión de clubes como el Liverpool de pedir fondos públicos para pagar a sus empleados no futbolistas tampoco ayuda mucho.

Por otra parte, muchos clubes se sienten frustrados con la PFA. El sindicato obtiene la mayor parte de sus ingresos por una cuota en los acuerdos televisivos y Taylor, de 75 años, es considerado el líder sindical mejor pagado de Reino Unido, con un salario anual de 2,3 millones de libras.

No obstante, los equipos tienen pocas opciones, ya que la imposición unilateral de rebajas salariales podría concluir en demandas de los jugadores ante los tribunales, posibles rupturas de contratos y conversión de los futbolistas en agentes libres.