Mientras unos contemplan la cremación como destino final de los cuerpos y prohíben los velorios, otros lo dejan a decisión de los familiares “bajo su propio riesgo”.

Aunque la Secretaría de Salud federal emitió una guía para el manejo de cadáveres por covid-19 y advirtió que no representan ningún riesgo de contagio, incluso que “resulta improcedente considerar la cremación de estos restos a pesar de que en términos sanitarios sea recomendable”, en los estados priva una disparidad de lineamientos, pues mientras unos contemplan la cremación como destino final de los cuerpos y prohíben los velorios, otros lo dejan a decisión de los familiares “bajo su propio riesgo”.

Por ejemplo, el protocolo en Sinaloa establece que se deben evitar los rituales que impliquen aglomeraciones, mantener cerrado el féretro y cremar el cuerpo dentro de un rango de 12 horas posteriores al diagnóstico de muerte. Para ello, el gobierno estatal contempla la adquisición de uno o más hornos crematorios, en caso de ser necesarios. En Oaxaca se aplicará un protocolo muy estricto: incineración inmediata de las víctimas de covid-19 y no se utilizarán morgues para confinar cadáveres ni se habilitarán fosas.

El secretario de Salud, Donato Casas, señaló que no se permitirá el contacto con el cadáver, ni su visualización y deberá estar en un féretro sellado; la inhumación o cremación deberá hacerse de inmediato y se prohíbe el servicio de velación. Los lineamientos son más flexibles en Jalisco, pues aunque “se sugiere” que los familiares no toquen a los fallecidos y eviten las ceremonias y, en caso de que decidan realizarlas, será “bajo su propio riesgo” y con no más de 20 personas presentes.

Según el protocolo, los difuntos con covid-19 pueden ser inhumados o cremados siempre y cuando se mantengan en las bolsas en que fueron depositados, dentro de las ocho horas posteriores a la certificación de la muerte. Tras la petición de la Unión de Funerarias del Estado de México para que se lleven a cabo medidas de contención de cadáveres, la Secretaría de Salud mexiquense informó que ha difundido el protocolo.

El titular de la dependencia, Gabriel O’Shea Cuevas, precisó que no se recomienda el embalsamamiento y sugiere además aplicar principios de sensibilidad cultural con la familia, por lo que si así lo desea, se puede permitir ver al fallecido, resaltando en todo momento la higiene de manos y sin tocarlo. Las funerarias de Guanajuato también han empezado a aplicar protocolos en los que se recomienda la cremación inmediata y, de no ser posible, la inhumación en sepultura o bóveda.

En Coahuila, el gobernador Miguel Ángel Riquelme emitió un decreto que ordena la cremación del cuerpo dentro de las cinco horas siguientes al deceso y se establece que no serán permitidas las ceremonias fúnebres. El gobierno de Tabasco modificó sus lineamientos luego de que en el decreto inicial ordenaba la cremación de los cuerpos, ahora indica que, si bien ese es el procedimiento preferente, será posible la inhumación en sepultura o bóveda. Por su parte, autoridades de Hidalgo sí permiten las velaciones, pero con no más de 12 personas; los fallecidos por la pandemia van directo a la cremación o inhumación.

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