«Apenas se estaba empezando a vender y lo suspenden», se quejó el boletero Luis Lorea, de 78 años, quien todavía la semana pasada vendía boletos
La pandemia por Covid-19 suspendió la promoción de la rifa a la que convocó el Gobierno federal.
El Presidente Andrés Manuel López Obrador anunció el pasado lunes que el avión regresará a finales de mes, aunque admitió que en estos momentos el interés está en otro asunto.
«Ahora no lo tocamos porque nos vamos a salir de lo de la pandemia», dijo en su conferencia. «Ya después vamos a seguir adelante con los planes que tenemos, pero ahorita no puedo tocar ese tema».
La venta de boletos para la rifa inició el 9 de marzo, pero el 28 de ese mes la Lotería anunció la cancelación de los sorteos, ante la inminente pandemia.
Calculó que iban a reanudarse el 19 de abril y no ha hecho falta informar que será hasta que se pase la emergencia sanitaria y puedan reabrir los negocios no esenciales.
«Apenas se estaba empezando a vender y lo suspenden», se quejó el boletero Luis Lorea, de 78 años, quien todavía la semana pasada vendía boletos afuera del edificio de la Lotería. Ayer, su local ya estaba cerrado.
«Desde que salieron a la venta hasta que nos dejaron de surtir los boletos, yo vendí una serie apenas», expresó el encargado del único local de venta de boletos en el Centro de la ciudad.
Roberto Díaz, de 59 años, vende en la esquina de Hidalgo y Rosales, detrás de El Caballito, y con pinzas de ropa colgó los únicos siete boletos de la lotería que le quedan, los del avión, de 500 pesos cada uno.
«Al principio sí se vendían, luego fue bajando y ahorita ya no hay gente ni dinero», dijo Díaz, quien lleva 17 años vendiendo lotería, y 33 atendiendo un puesto de dulces y refrescos. Si sigue ahí, es más por la venta de los dulces.
Tras no lograr la venta del avión, el Mandatario anunció la rifa ya no del aparato, sino de una cantidad equivalente a su costo de 2 mil millones de pesos. La rifa tendrá 6 millones de boletos y entregará 100 premios de 20 millones cada uno, sin reintegros. El monto a repartir en premios no saldrá de los boletos, sino de un cheque de bienes decomisados.
El 12 de febrero el Presidente invitó a Palacio Nacional a 75 empresarios para que se comprometieran a comprar 3 millones de los boletos. El activista Alfredo Lecona pidió por Transparencia la lista de los empresarios y las cantidades que prometieron, pero el Gobierno respondió que no hay «evidencia documental» de lo dicho por el Presidente.
El vendedor Roberto Díaz consideró que todo el enredo de la rifa alejó a los compradores de su negocio, desde antes de que se decretara la emergencia sanitaria por el Covid–19 que ha matado a más de 712 mexicanos y ha dejado como damnificado el sorteo. Es más, ni él mismo cree en la transparencia de la rifa, por un solo hecho.
Normalmente, ellos pueden devolver los boletos no vendidos 15 minutos antes de la hora del sorteo. Pero para la rifa del Presidente les han dicho que deberán hacerlo 15 días antes.
«Nosotros que vendemos captamos ciertas anomalías. Yo así lo veo, ¿a ver, por qué quieren que hagamos la devolución 15 días antes y no el mero día?», preguntó. Y como no hubo una respuesta, se dijo a sí mismo: «Yo creo que quieren acomodarlo, yo siento que lo quieren acomodar».
De los tres últimos boletos que se llevaron, dos fueron fiados a un conocido, y el otro, pagado con reintegros. Díaz lamentó que además del enredo, el costo y la falta de reintegros en el sorteo bajó la demanda. «Yo creo que si nos dieran boletos de otros sorteos, sí se acercaría más la gente», consideró.