Son siete esculturas que ya forman parte de la vida de los tlaxcaltecas


Se llaman gallo amarillo, pájaro sobre la ola, toro, paloma, pato, ofrenda y gallo sobre la bola. Es la fauna de bronce verde que habita en el zócalo de Tlaxcala.

Son las siete esculturas del pintor Juan Soriano que desde 2006 permanecen en esta ciudad, colocadas frente al Congreso, el Museo de Arte (MAT) y en tres de las esquinas de la explanada de la capital.

Forman parte del paisaje, la gente las puede tocar e incluso los niños pueden subirse a toro o gallo sobre la bola.

En el MAT dicen que no pertenecen al gobierno del estado ni al municipio de Tlaxcala, sino que están a préstamo por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) que heredó la obra escultórica tras la muerte en 2006 del artista plástico.

En febrero el traslado de la fauna ocasionó que esta parte de las esculturas de Juan Soriano estuviera en riesgo de dejar de pertenecer a la ciudad. La coordinadora del INBA, Lidia Camacho puso una advertencia: si la dependencia estatal no notifica al INBA sobre su traslado, Juan Soriano se va.

Y es que en febrero pasdo el Instituto Tlaxcalteca de la Cultura (ITC) decidió mover a toro de la plaza Juárez y reubicar a gallo sobre la bola frente al MAT sin notificarlo al INBA, lo que ocasionó malos entendidos entre las autoridades sobre sobre los permisos y los criterios de traslado de las esculturas que ahora son patrimonio nacional.

El Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble (Cencropam) señaló que al no tratarse de monumentos, el ITC únicamente debía considerar las instrucciones para el traslado de las piezas.

Pero al fin se quedaron, marcando el paso de las horas desde su esquina verde en el zócalo de una ciudad donde los domingos baja de ritmo y coloca otros colores.

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