La OMS dice que lo más probable es que el virus provenga de murciélagos y que seguramente hay otro “huésped” animal intermedio.
Un equipo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que está en China investigando los orígenes del COVID-19 mantuvo “conversaciones exhaustivas” e intercambios con científicos de Wuhan, la ciudad donde se detectó el brote por primera vez, dijo el martes un portavoz del organismo.
Los encuentros incluyeron actualizaciones sobre el estado de la investigación sobre salud animal. China cerró un mercado en Wuhan en el que se vendían animales salvajes al comienzo del brote, un día después de descubrir que algunos pacientes se dedicaban a este comercio en sus instalaciones.
La OMS dice que lo más probable es que el virus provenga de murciélagos y que seguramente hay otro “huésped” animal intermedio.
La investigación de la OMS ha generando una gran expectación entre la comunidad científica y los Gobiernos de todo el mundo, especialmente el de Estados Unidos, que ha ejercido una gran presión sobre el grupo de trabajo de la entidad. Washington acusa a la OMS de situarse del lado de China y planea abandonar el organismo por su gestión de la pandemia.
“El equipo mantuvo conversaciones exhaustivas con sus homólogos chinos y recibió actualizaciones sobre estudios epidemiológicos, análisis biológicos y genéticos e investigaciones sobre salud animal”, dijo Christian Lindmeier, precisando que las conversaciones se llevaron a cabo mediante videoconferencias con virólogos y científicos de Wuhan.
La campaña del grupo de avanzada, compuesto por dos especialistas en salud animal y epidemiología, duró tres semanas y tuvo por objeto sentar las bases para un equipo más amplio de expertos chinos e internacionales que intentarán descubrir la forma en que el virus que causa el COVID-19 saltó de los animales a los humanos.
La cuestión de la composición del equipo será delicada, ya que la exclusión de expertos de Estados Unidos sería controvertida. Otra cuestión será el grado de acceso concedido por Pekín.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el secretario de Estado, Mike Pompeo, han dicho que el patógeno podría haberse originado en un laboratorio de Wuhan, aunque no han presentado ninguna prueba de ello y China lo ha negado. Científicos y servicios de la inteligencia estadounidense han dicho que surgió en la naturaleza.