Consideraron importante hacer un seguimiento de cerca de estos hallazgos para que la gente continúe con sus vidas cotidianas sin más temores.

La reacción a esta posibilidad se produjo tras la alerta de las autoridades chinas de que unas alas de pollo importadas de Brasil dieran positivo por COVID-19, conduciendo a la duda de si podemos contagiarnos a través de los alimentos, en este caso los congelados.

La doctora Maria Van Kerkhove, epidemióloga líder de la Organización Mundial de la Salud (OMS) explicó este jueves que entre los más de cien mil paquetes inspeccionados solo encontraron menos de diez infectados y recordó que anteriormente, junto con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, se publicaron directrices para las personas que tratan este tipo de alimentos.

El doctor Michael Ryan añadió que las personas ya están suficientemente asustadas con la COVID-19, por lo que es importante hacer un seguimiento de cerca de estos hallazgos para que la gente continúe con sus vidas cotidianas sin más temores.

“No hay problema con la cadena alimentaria, por ahora ya hay suficientes problemas… Seguiremos investigando la situación, pero no hay evidencias de que la cadena alimentaria esté participando en la transmisión de este virus”.

La vacuna avanza, pero necesita financiación

Por su parte, el doctor Tedros Adhanom Gebreyesus, director general de la Organización explicó que, a tres meses de su lanzamiento, la alianza mundial que busca acelerar el desarrollo, la producción y el acceso equitativo a las pruebas, los tratamientos y las vacunas contra el coronavirus, conocido como Acelerador ACT, ya cuenta con nueve candidatos a vacunas en la fase 2 o 3 de los ensayos clínicos y con 50 pruebas de diagnóstico en fase de evaluación.

Estas vacunas forman parte de la cartera COVAX, un mecanismo concebido para garantizar un acceso rápido, justo y equitativo a las vacunas COVID-19 en todo el mundo, pero del cual no forma parte la vacuna anunciada por las autoridades rusas el pasado martes, señaló el doctor Bruce Aylward, asesor especial del director general de la OMS, quien explicó que se encuentra en contacto con Moscú para conocer el producto y averiguar cuáles serían los pasos siguientes.

El director general de la Organización, por su parte, destacó que el Acelerador constituye el único marco global para garantizar una distribución justa y equitativa de las herramientas de COVID-19. “Pero debe financiarse para tener éxito”, y añadió que la iniciativa precisa de 31.300 millones de dólares.

Tedros Adhanon Gebreyesus dijo que mientras la pandemia le cuesta a la economía mundial 375.000 millones de dólares al mes y se espera una pérdida global acumulada en dos años de más de 12 billones de dólares, según los cálculos del Fondo Monetario Internacional, el mejor estímulo económico al que puede acudir el mundo es invertir en el Acelerador.

“Financiar el Acelerador-ACT tendrá un costo mínimo en comparación con la alternativa de que las economías se contraigan aún más y requieran continuos paquetes de estímulo fiscal”, reflexionó.

Para costear este esfuerzo, añadió que la mejor solución para el mundo es combinar la asistencia al desarrollo con la financiación adicional de los paquetes de estímulo.

“Si no nos deshacemos del virus en todas partes, no podremos reconstruir las economías en ningún lugar”, ahondó.

Volviendo a las cifras de pérdidas y rescates mencionadas por Tedros, Aylward indicó que los países están reconociendo que si no se obtiene una solución global se producirán diversas olas de estímulos fiscales para salir de la inestabilidad, del mismo modo que ocurrió con la crisis financiera de los años 2008-2009.

“No se trata de quien compre la vacuna, sino de cómo se puede usar de manera coordinada y a nivel global para encontrar una solución a una crisis mundial”, explicó.

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