El obispo auxiliar de Puebla, Tomás López dijo que los poblanos aún enfrentan otras situaciones como la económica.
El obispo auxiliar, Tomás López Durán, señaló que la pandemia del COVID-19 se convirtió en una experiencia fuerte, triste, además de amarga, porque ha puesto de rodillas a todo el mundo.
Así lo dijo en la misa dominical en la Catedral de Puebla, donde los fieles deben usar el cubre bocas, colocarse gel anti-bacterial, tomarse la temperatura corporal y respetar la sana distancia para participar en las mismas que se realizan a las 10, 12 y 7 del día.
Por lo anterior, señaló que este enemigo invisible que en el caso de México todavía no tiene cura, ha perjudicado directamente a los pobres, que no estaban listos para enfrentar esta crisis del COVID19.
Señaló que los pobres no son los únicos afectados, sino otros sectores de la población, que además tiene que enfrentar otras situaciones como la económica, para evitar despedir al personal y subsistir con sus empresas en medio de la crisis sanitaria.
“La pandemia ha sido una experiencia fuerte, dolorosa, triste, amarga y si añadimos que a su paso ha encontrado diferentes actitudes, personas y circunstancias, pero de una manera especial perjudicado a los más pobres, vulnerables, como iglesia tenemos que batallar, luchar y derrotar ese pequeño virus que ha puesto de rodillas al mundo, pero también tenemos que luchar en contra de otras experiencias originadas por la pandemia”, acotó.