La exposición, curada por Marc Restellini y Jaime Moreno Villareal, incluye la que quizá es la pintura más famosa de Modigliani “Fillette en bleu”.
El Museo del Palacio de Bellas Artes reabre sus puertas a lo grande con una exposición dedicada al pintor italiano Amedeo Modigliani. La primera muestra inaugurada en el recinto dentro de la nueva normalidad presenta los lazos que unieron a este artista emblemático del expresionismo con México. También es la primera que se realiza con los nuevos protocolos de seguridad implementados en el lugar por la pandemia de coronavirus.
“El París de Modigliani y sus contemporáneos” se inaugurará el martes y estará abierta al público hasta diciembre de 2020. La exposición, realizada para conmemorar el centenario de la muerte del pintor, tuvo que aplazar su apertura de marzo a septiembre por el brote de coronavirus. En ella queda de manifiesto la amistad que Modigliani (Livorno, Italia 1884) tuvo con los pintores mexicanos Diego Rivera y Ángel Zárraga, así como el guatemalteco Carlos Mérida en la escena bohemia de París a comienzos del siglo XX.
Además de pinturas realizadas por todos ellos en la época, se incluyen fotografías de los estudios que habitaron en pantallas interactivas con mapas de los barrios de Montmartre y Montparnasse, donde también vivió Modigliani, cuyas imágenes cambian con sensores que no requieren ser tocados.
Otras adecuaciones para el recorrido en el museo, uno de los más prestigiosos y populares entre el público local, son señalamientos en el piso para caminar en un solo sentido por las salas, uso obligatorio de cubrebocas, desinfectante de manos al comienzo de cada sala y una invitación para guardar la sana distancia entre los visitantes. Los organizadores de la exposición dijeron que el museo tendrá un aforo máximo de 170 personas por hora.
La exposición, curada por Marc Restellini y Jaime Moreno Villareal, incluye la que quizá es la pintura más famosa de Modigliani “Fillette en bleu” (“Niña vestida de azul”) de 1918, un retrato de una niña con ojos azul cielo como su vestido, con la mirada felina y rasgos alargados que caracterizaban al pintor quien tomó inspiración del arte africano. La muestra también incluye dos máscaras de Gabón que ilustran esta correspondencia.
Al recorrer la exposición se siente la sombra constante de la prematura muerte de Modigliani por meningitis tuberculosa a los 35 años en 1920, que llevó a que días después se suicidara su pareja, Jeanne Hébuterne, estando embarazada de su segundo hijo con el pintor. Retratos de Hébuterne realizados por Modigliani están incluidos en la exposición. La primera hija de la pareja, Jeanne Modigliani, vivió hasta 1984.
De igual manera hay pinturas de artistas europeos contemporáneos de Modigliani, como la modelo y pintora autodidacta Suzanne Valadon y su hijo Maurice Utrillo, y toda una sala dedicada a su amigo Chaim Soutine, a quien Modigliani elogiaba por su estilo. Varias de las obras provienen de la colección de Jonas Netter, quien fue un importante mecenas para estos artistas.
Entre otras obras incluidas destaca la pintura de gran formato “Las grandes baigneuses” (“Las grandes bañistas”) de André Derain, “Nuestra señora de París” de Diego Rivera y un retrato de Rivera realizado en tinta, casi imperceptible ahora, por Modigliani.