El valor adquisitivo del salario mínimo ha comenzado a quedar rezagado por la actual contingencia sanitaria.


La economía del país con la actual pandemia del COVID-19 ha caído de manera significativa, registrando un retroceso de aproximadamente 38 trimestres y aun con el crecimiento económico que se comienza a dar en México, la recuperación será muy lenta.

En junio la actividad económica tuvo un crecimiento importante, del 8.9% con respecto a mayo; y en el caso del sector industrial el crecimiento fue mayor con un 17.9%, manifestó Marcos Gutiérrez Barrón, Catedrático de la Facultad de Economía de la UPAEP.

De igual forma, otros sectores que registraron un pequeño crecimiento económico fueron la industria manufacturera, que es uno de los sectores que mayor empleo genera en el país y en cada uno de los estados, además de guardar una relación muy estrecha con la economía norteamericana, se incrementó en un 26.7%, expresó Marcos Gutiérrez.

Mientras que la industria de la construcción genera un número importante de empleos, creció un 17.5%; la minería 1.6%; sin embargo, si se compara con el mismo mes de junio del 2019, registran todavía una caída importante.

Gutiérrez Barrón señaló que el sector de los servicios creció un 6.2% y la actividad en junio fue de 14.5% menor a junio del 2019; es decir, si los comparamos con el mes anterior del mismo año se puede observar un ligero crecimiento, pero si comparamos los meses con los del año pasado, se pueden observar todavía cifras negativas.

Con respecto a la inversión fija, bruta, representa una de las variables más importantes en la economía del país porque de alguna manera denota el crecimiento económico en el largo plazo, lo cual es fundamental por la participación de la inversión tanto pública como privada; y en consecuencia, registró un incremento del 20.1% en relación al mes anterior y en cifras anualizadas registró una caída del 25.2%, detalló el académico. En el caso del sector automotriz, dijo que presentó una variación positiva del 0.7% y comparado con los datos del mes anterior, siguen siendo negativos los resultados al respecto.

Externó que las expectativas que se tienen para el crecimiento económico del país en los próximos tres años son bastante modestas. Abundó que los pronósticos promedio del Banco de México para el 2020 presentan un crecimiento cercano al 3%; para el 2021 alrededor del 2.9% y para el 2022 del 2%, es decir, los crecimientos van a ser modestos y no habrá los crecimientos económicos que el país necesita en estos momentos que es por arriba del 6% para generar el número de empleos que México requiere.

En el caso de las remesas, señaló que han contribuido en el sostenimiento de la economía del país y han crecido de manera importante, ya que registraron un incremento del 10.6% anual en la primera mitad del año, alcanzado hasta el momento un máximo histórico cercano a los 20 mil millones de dólares, lo que ha sido sorprendente porque se esperaban caídas significativas en las remesas.

Agregó que las remesas representan el 3% del PIB y el 4.5% del consumo interno, y representan dos variables importantes dentro de la economía nacional. Indicó que las exportaciones mexicanas con respecto al mes de junio de este 2020, sumaron alrededor del 27 mil 933 millones de dólares, lo que representó un repunte del 3% respecto al mes previo.

En lo referente al tema del empleo, el catedrático de la Facultad de Economía de la UPAEP, externó que aun cuando se está registrando un crecimiento del empleo formal, está creciendo mucho más el empleo informal.

El trabajo formal en el mes de julio se situó en 49.8 millones de trabajadores; mientras que el informal pasó a 27.3% millones; en junio fue de 25.6 millones. Advirtió que conforme avanza la pandemia y su impacto en los diferentes sectores productivos, se está comenzando a percibir la presencia de una pobreza salarial, en donde el ingreso salarial de aquellos trabajadores que ganan un salario mínimo representan alrededor de 22.9 millones; de 1 a 2 salarios mínimos, 33.7 millones.

“Podemos observar, que el salario mínimo de un trabajador es de $123.22 pesos diarios y el costo de la canasta básica es de $1640.00 pesos, encontramos que el salario mínimo no alcanza para cubrir las necesidades básicas de una sola persona.

Por lo que este número de trabajadores se encontrarán en una extrema pobreza laboral y no se diga de los trabajadores informales que al carecer de prestaciones y seguridad social, se estarán ubicando en este sector de pobreza salarial”.

Gutiérrez Barrón manifestó que en el caso de los pequeños negocios como restaurantes, hoteles, entre otros, no han tenido resultados positivos, toda vez que se prevé una caída de entre el 60% y 90% para el presente año.

Al referirse al estado de Puebla, mencionó que cuenta con un sector que está orientado hacia la exportación, sobre todo a la exportación de manufacturas y de acuerdo a información de la Secretaría de Economía, representan alrededor del 60% del PIB; además de que el sector automotriz ha comenzado a recuperarse en el estado, al registrarse un crecimiento del 55.2% con respecto al mes de junio.

Dijo que otro sector que ha comenzado a recuperar terreno es el destinado al campo de la construcción, con un 7.19% con la creación de 98 mil plazas de empleo. Y las remesas para el estado poblano de acuerdo a los últimos datos, es que ha recibido cerca de 436 mil millones de dólares con lo cual ubicó los primeros meses del año en el octavo lugar.

Por lo que sugirió que es importante contar con programas que permitan utilizar las remesas en el campo y en la instalación de negocios. En lo referente a los trabajadores poblanos, creció a 57% el número de empleados que ganan un salario mínimo; y bajaron en un 62% los que ganan menos del salario mínimo.

Por lo tanto, ante el panorama económico que se está presentando en estos momentos, urge fomentar la inversión pública y privada al interior del país, crear las condiciones de confianza y ofrecer garantías que permitan atraer a nuevos inversionistas.

Agregó, “si los recursos son escasos y la recaudación fiscal es escasa, se debe hacer un uso eficiente del gasto fiscal y lograr una reactivación financiera, es decir, se deben destinar recursos a los sectores que en estos momentos los necesitan, como son la micro, pequeñas y medianas empresas que son aquellas que más empleo generan y que tienen un importante componente en el valor agregado del país”.

Subrayó que es importante contar con programas de créditos destinados para las medianas, pequeñas y micro empresas, pero sobre todo, que las tasas de interés de estos créditos sean flexibles, competitivos y que no sean las mismas tasas impositivas que se aplican a las grandes empresas; por lo que es importante que se haga una revisión a la legislación fiscal para apoyar a este sector y darles oxígeno para que sigan adelante.

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