Estos síntomas inesperados aparecieron en dos mujeres que recibieron su vacuna experimental en el Reino Unido.
La farmacéutica AstraZeneca ha difundido detalles de la tercera fase de los ensayos clínicos de su vacuna contra el coronavirus, que desarrolla en colaboración con la Universidad de Oxford, tras recibir críticas por falta de transparencia en relación a dos casos de voluntarios que desarrollaron «síntomas neurológicos sin explicación».
La aparición de estos síntomas inesperados en dos mujeres que recibieron su vacuna experimental en el Reino Unido, obligó a la empresa a detener sus pruebas en dos ocasiones, la segunda a primeros de este mes.
En su informe, la empresa, con sede en Cambridge (Reino Unido), señaló que «una revisión independiente» determinó que en ambos casos «se consideró poco probable que estas enfermedades estuvieran asociadas con la vacuna, o bien que no había pruebas suficientes para decir con certeza que las enfermedades estaban relacionadas o no con la vacuna».
En Reino Unido, Brasil, la India y Sudáfrica los ensayos se han reanudados, mientras en Estados Unidos siguen en pausa, según The New York Times. El medio asegura que esta vacuna experimental ya ha sido administrada a 18.000 personas en todo el mundo, aproximadamente.
Resultados adversos
En cuanto a las enfermedades sobrevenidas, la compañía no ha aportado muchos detalles. Se sabe que la primera participante desarrolló una inflamación de la médula espinal conocida como mielitis transversa tras recibir una dosis de la vacuna. La compañía informó del caso en julio.
Más tarde se determinó que la mujer padecía una esclerosis múltiple que no le había sido diagnosticada y que no estaba relacionado con la vacuna, pues a menudo viene acompañado con mielitis transversa. Por lo tanto, los ensayos fueron reanudados.
La segunda participante enfermó después de una segunda dosis de la vacuna, obligando a detener de nuevo los ensayos el pasado 6 de septiembre. AstraZeneca afirmó que su diagnóstico no había sido confirmado, pero una fuente anónima familiarizada con la situación aseguró al periódico neoyorquino que la enfermedad había sido identificada como mielitis transversa.
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