Todo el Ártico está viviendo un calentamiento a un ritmo más acelerado que el resto del mundo.

Los incendios forestales devastan el oeste de Estados Unidos, pero no es el único lugar del mundo que arde en llamas. Este año, otros países también han sufrido sus peores incendios en décadas, si no es que en toda su historia.

En cada caso, los factores coadyuvantes son distintos, pero hay una constante en todas las historias: estaciones más calientes y secas han hecho que el mundo esté más propenso a incendiarse.

“No tenemos un problema de incendios; tenemos muchos problemas de incendios”, declaró Stephen J. Pyne, profesor emérito de la Universidad Estatal de Arizona que estudia los incendios forestales y su historia. “Uno, obviamente, es muy profundo. Tiene que ver con los combustibles fósiles y el clima”.

A continuación, te presentamos un repaso de algunos de los peores incendios recientes y cómo los humanos desempeñaron un papel en ellos.

El Ártico y Siberia

Todo el Ártico está viviendo un calentamiento a un ritmo más acelerado que el resto del mundo. Una cubierta de nieve más ligera de lo habitual, las altas temperaturas y los suelos secos —casi con toda seguridad el resultado del cambio climático causado por el hombre— han contribuido a los incendios.

Este verano, algunas zonas del Ártico rompieron los récords de incendios forestales establecidos el año pasado, que en su momento fue la peor temporada de incendios en 60 años. La ciudad rusa de Verjoyansk se convirtió en el primer lugar del Círculo Polar Ártico en tener temperaturas superiores a los 38 grados Celsius en junio. El calor histórico también descongeló turberas inflamables; estas alimentaron incendios forestales que provocaron la quema de un área aproximadamente del tamaño de Bélgica.

Si bien no se perdieron vidas, el humo asfixió la campiña rusa y la tierra quemada emitió una oleada de dióxido de carbono (el cual calienta el planeta), que equivale al que Noruega emite al año, aproximadamente.

En los trópicos húmedos, las condiciones climáticas desempeñan un papel menor en los incendios forestales. Allí, el desbroce y la quema de tierras para la agricultura son la causa principal de los incendios.

En julio, la provincia de Borneo Central, declaró el estado de emergencia, ya que los incendios se propagaron de manera descontrolada. Eso sucedió después de los graves incendios ocurridos en Indonesia el año pasado y en 2015, año de una sequía que estuvo vinculada a El Niño, el calentamiento periódico del océano Pacífico en los trópicos que puede afectar el clima en todo el mundo.

Sin embargo, incluso sin condiciones de sequedad, las prácticas agrícolas desempeñaron un papel crucial en los incendios.

“Es muy muy raro que haya incendios de manera natural”, dijo Ruth DeFries, profesora de Desarrollo Sustentable en la Universidad de Columbia en Nueva York. “Cuando vemos incendios en los trópicos húmedos, hay una base de ignición humana detrás de ellos”.

“Sin el uso de la tierra, podría haber condiciones de sequía asociadas con El Niño y sin incendios”, anotó DeFries.

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