La etapa de terminación de construcción fue de 1930 a 1934, con el arquitecto Federico E. Mariscal como director de los proyectos de conclusión.
Su historia es amplia y diversa, desde hace 86 años el Palacio de Bellas Artes se mantiene como el recinto ícono de la cultura en México por los espacios dedicados a las diferentes disciplinas artísticas: teatro, danza, ópera, música, literatura y artes plásticas, principalmente, así como por su majestuosidad, arquitectónica.
Todo surge con la idea de reformar el antiguo Teatro Nacional, hacia el año 1900, aunque al mismo tiempo se pensaba en la construcción de un edificio que respondiera en forma adecuada a las necesidades de la época, en un lugar más apropiado.
El encargado de realizar la nueva edificación fue el arquitecto Adamo Boari, quien entregó los textos de anteproyecto en 1902 y el proyecto definitivo en 1904, destacando constantes en el programa arquitectónico y urbanístico que el gobierno de esa época maneja, como la edificación de obras monumentales en diversos lugares de la capital, además de las ideas del arquitecto italiano: un teatro moderno, con los sistemas de construcción más novedosos.
El teatro y su plaza ocuparon el predio donde se ubicaba el antiguo convento de Santa Isabel, limitado al norte por la calle de la Mariscala (avenida Hidalgo); al sur por la calle del Puente de San Francisco (avenida Juárez); al oriente por la calle de Santa Isabel (Eje Central), y por el Mirador de Santa Isabel o la Alameda (Calle Ángela Peralta) al poniente.
Utilizando un sistema constructivo de Boari, el cual consistía en el empleo de una estructura de acero para muros y techo, y una plataforma rígida de acero y concreto con poca profundidad de excavación. En los interiores utilizó el Art Nouveau, en la sala de espectáculos sería decorado con aplicaciones de cerámica y hierro bronceado, destacando flores naturales en el vestíbulo y hall.
La construcción inició en 1904 pero se vio interrumpida a partir de 1912, fecha en que cambian las condiciones del contrato del arquitecto Boari, hasta su salida del país en 1916. En esta etapa solo se había concluido todo el exterior, a excepción del recubrimiento de la cúpula. De 1917 a 1929 hubo dos intentos para reanudar los trabajos; en 1919 con Venustiano Carranza y en 1929 con Plutarco Elías Calles, pero se avanzó muy poco.
La etapa de terminación de construcción fue de 1930 a 1934, con el arquitecto Federico E. Mariscal como director de los proyectos de conclusión.
Basado en la idea original del arquitecto Adamo Boari, el artista húngaro Géza Maróti ejecutó un primer proyecto para su elaboración, en 1908. Sin embargo, Harry Stoner, diseñador de escenarios y pintor, fue quien lo concretó.
El sábado 29 de septiembre de 1934, a las 10:20 horas se escucharon las ovaciones que anunciaban la presencia del presidente Abelardo L. Rodríguez, quien inauguró el Palacio de Bellas Artes durante una ceremonia que se dividió en dos partes.
En el programa matutino se tocó el Himno Nacional y el estreno mundial de Llamadas, Sinfonía proletaria, dirigida por su propio compositor, el maestro Carlos Chávez, e interpretada por la Orquesta Sinfónica de México, los Coros del Conservatorio Nacional de Música y las Escuelas de Artes para trabajadores.