El test de la universidad estadounidense de Clemson presenta ocho perfiles, algunos de ellos de trols y otros de cuentas reales.
El test de la universidad estadounidense de Clemson presenta ocho perfiles, algunos de ellos de trols y otros de cuentas reales.
No es tan fácil, como muestra el test Spot The Troll (identifica al trol), creado con ejemplos reales por los profesores Darren Linvill y Patrick Warren, de la Universidad de Clemson (Carolina del Sur, Estados Unidos).
En este test, que está en inglés y puede hacerse en este enlace, nos proponen que averigüemos si una serie de cuentas son o no de personas reales. Son ocho perfiles diferentes, algunos auténticos y otros falsos, de los que se nos muestran varias publicaciones.
Tras la respuestas, nos ofrecen un análisis de cada uno de los ejemplos y nos dan algunas claves que ayudan a reconocer un trol. Según datos de la universidad, unas 700.000 personas ya han probado a hacer este ejercicio desde que se publicó el 15 de septiembre.
Los perfiles de los trols de este test, ahora cerrados, estaban vinculados a la fábrica de manipulación rusa, la Internet Research Agency (Agencia de Investigación de Internet), cuyas acciones en redes Linvill y Warren llevan años estudiando.
I got 5/8 and I learned something. ?https://t.co/wDXVC9WLP9
— ? Mike T ? (@viTekiM) September 17, 2020
Estos investigadores analizaron en 2018 tres millones de tuits de trols vinculados a esta empresa, en busca de claves que ayudaran a identificar estos perfiles.
Con este test, que han elaborado a lo largo del último año, esperan que estas ideas lleguen a más gente, sobre todo a pocas semanas de las elecciones presidenciales de Estados Unidos. En su opinión, aunque hemos aprendido todos a identificar antes a los trols, estos son también cada vez más sofisticados.
Linvill recuerda a Verne en conversación telefónica que muchos otros actores políticos han aprendido de estas tácticas rusas, en especial Irán y China. En España también se han identificado miles de cuentas falsas que han tuiteado sobre temas políticos e incluso deportivos.
Por ejemplo, ha habido cuentas falsas que se posicionaron primero contra el secesionismo y luego se usaron, presuntamente, en otra campaña a favor del presidente del Fútbol Club Barcelona, Josep Maria Bartomeu.
Claves para reconocer a un trol
Estas son algunas de las pistas que se pueden aprender tras hacer el test, siempre teniendo en cuenta que ninguno de estos rasgos son exclusivos de los trols. Hay muchos tuiteros que no comparten información personal o que hablan solo de política, por ejemplo, sin que eso quiera decir, ni mucho menos, que estén al servicio del Kremlin: Comparten puntos de vista extremos.
Enlazan y comentan noticias muy sesgadas o muy parciales, más que noticias falsas.
Su intención es provocar indignación e incrementar la polarización. Linvill explica que estos trols se parecen más a los profesionales de la publicidad que a los espías:
“Usan las mismas técnicas que el marketing. No buscan pelea, sino llevarte a su terreno. No te convencen de nada que no quieras creer”. Linvill añade que ser trol es, a menudo, un trabajo a jornada completa. Muchos empleados de la Agencia de Investigación de Internet van a trabajar cada día a sus oficinas de San Petersburgo. “En su mayor parte son profesores de inglés, periodistas sin trabajo y gente que ha estudiado o trabajado en Estados Unidos”.
– No incluyen información personal. Los investigadores recuerdan que, aunque parte del contenido pueda estar automatizado, estas cuentas están gestionadas por humanos. Y resulta muy difícil inventarse una vida privada y hablar de la última de Nolan cuando llevas decenas de cuentas a la vez. Incluso las fotos de perfil son robadas o generadas de forma automática.
– Son cuentas monotemáticas. Solo hablan de política o de racismo, por ejemplo. Y, además, son muy activas, con muchos mensajes cada día. Un perfil real, explican los investigadores, no se suele centrar en un solo tema y a menudo tiene opiniones complejas. Ponen el ejemplo de una cuenta conservadora (real) que también critica a Trump cuando lo considera apropiado.
– Simulan ser organizaciones. Algunas de estas cuentas se presentan como si fueran una asociación, aunque sin responsables ni una identificación clara (como una página web, por ejemplo).
Los investigadores explican que esto suele ocurrir en Instagram y Facebook, donde no es tan frecuente seguir a desconocidos que no son famosos, pero sí es habitual unirse a grupos afines.
Estas páginas se hacen pasar por grupos de todo el espectro político: feministas, ecologistas, defensores de los derechos LGBT, antirracistas, cristianos, tradicionalistas y de apoyo a policía y ejército.
El objetivo, como explicaba The New York Times en un artículo sobre los trols rusos que apoyaban al demócrata Bernie Sanders, es en realidad el mismo: aumentar la polarización y la división, presentando al contrario como alguien completamente alejado de cualquier posibilidad de acuerdo o diálogo.
– Suelen tratar problemas amplios y globales, no locales.
Es decir, pueden hablar de la política de Estados Unidos (o de España), pero es más difícil que compartan mensajes sobre una ciudad o incluso un barrio concreto.
¿Pero qué quieren los trols?
Como apuntábamos, este tipo de manipulación política busca la división y no tanto la conversión.
Linvill explica que Putin no tiene necesariamente interés en las luchas políticas estadounidenses o británicas, pero sí en que los países occidentales se centren sobre todo en sus propios asuntos.
No es fácil medir el éxito que tienen estas acciones, admite el investigador estadounidense, pero mientras hablamos solo de lo que pasa en nuestros países, “Putin puede hacer lo que quiera en Ucrania o envenenar a sus adversarios políticos y que no hablemos de eso».
En este sentido, Linvill recuerda que este es un problema de las democracias occidentales y no solo de Estados Unidos. De hecho, en los tres millones de tuits de la Agencia de Investigación de Internet que analizó, no solo había publicaciones en inglés, sino también en alemán, francés e italiano, con tuits en apoyo de la Liga Norte y del Movimiento 5 Estrellas.
Hay que recordar que solo en 2018, Twitter cerró 70 millones de cuentas de bots y trols. Eso sí, el profesor también nos advierte de que la mayor parte de la gente con la que interactuamos en redes sociales son personas reales.
“Uno de los principales éxitos de estas campañas de desinformación es que ahora somos muy rápidos a la hora de acusar de trols a la gente con la que simplemente no estamos de acuerdo”.