Refiere que a ella y a sus 16 colaboradores de su gabinete sólo les robaron sus teléfonos móviles.
La presidenta municipal de Tlaxcala, Anabell Ávalos Zempoalteca, advirtió que si el asalto que sufrió la noche de este martes en su domicilio, haya sido para amedrentarla por las aspiraciones políticas que tiene, con ello “no me van a detener”, pues consideró como sospechoso que el a ella y a 16 de sus colaboradores sólo les hayan robado sus teléfonos móviles.
En entrevista concedida al Sistema de Noticias de Tlaxcala, la alcaldesa capitalina del PRI, afirmó que ella, su familia y sus colaboradores, se encuentran íntegramente bien, luego del atraco que sufrieron en su domicilio, mientras llevaba a cabo una reunión de trabajo para la integración de su cuarto informe de actividades que presentará en próximas fechas a la ciudadanía.
Indicó que mientras se encontraban reunidos, varios sujetos armados ingresaron por la fuerza a su domicilio, y con armas de fuego los amagaron a todos, para únicamente llevarse los equipos celulares de ella y sus colaboradores, además de otras pertenencias; eso pese a que al momento habían más artículos de valor como computadoras, pantallas y demás enceres de su vivienda.
Cuestionada si esta situación podría tener un trasfondo político, la alcaldesa respondió que “cuando ustedes ven que habían ocho computadoras en la mesa, televisiones, está todo y sólo se llevaron los celulares, ¡ustedes que piensan?; pero yo les digo algo, si este es un acto de intimidación, no me van a detener”, enfatizó.
De acuerdo a información de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), metros más delante de la vivienda de la alcaldesa, las pertenencias sustraídas, fueron ubicadas en maletas mientras que también fue localizada una camioneta abandonada en calles de la capital, con las características similares a las de la unidad en la que se retiraron los responsables.
De igual manera, el gobernador Marco Mena, desde la noche de ayer, giró las instrucciones necesarias para que sea investigado el hecho que fue calificado como una agresión en contra de la alcaldesa y su equipo de trabajo.