Las palabras del Pontífice se dan durante un mensaje atípico, en una Italia confinada, pronunciado en el interior de la basílica de San Pedro.
El papa Francisco ha reclamado en su mensaje de Navidad, cuando la mayoría de países desarrollados han comenzado o están a punto de comenzar las campañas de inmunización contra el coronavirus, que se garantice que las vacunas lleguen a todos, sobre todo a los más vulnerables.
“En este tiempo de oscuridad y de incertezas por la pandemia, surgen luces de esperanza como el descubrimiento de las vacunas, pero para que estas luces puedan iluminar y llevar esperanza a todo el mundo, deben estar a disposición de todos”, ha dicho el Pontífice en un mensaje atípico, en una Italia confinada, pronunciado en el interior de la basílica de San Pedro, sin fieles, en vez de en el balcón de la logia central, como es habitual.
Francisco pidió que los “nacionalismos cerrados” no se interpongan en el acceso universal a la vacuna y no nos impidan vivir “como la verdadera familia humana que somos”. Y agregó: “No podemos dejar que el virus del individualismo radical nos venza y nos haga indiferentes al sufrimiento de otros hermanos y hermanas”. También reclamó que en el reparto de las inyecciones para frenar el virus “las leyes del mercado y las patentes” no se antepongan a “las leyes del amor y de la salud de la humanidad”.
Mientras que los países ricos ya han comprado o apalabrado dosis de vacunas suficientes como para vacunar a sus poblaciones incluso varias veces, para los países pobres, que recibirán las inyecciones en un segundo tiempo, ni siquiera hay aún un calendario de vacunación en el horizonte.
Según la People’s Vaccine Alliance, solo las naciones más ricas, en las que vive el 14% de la población mundial, han adquirido el 53% de las vacunas con mayores probabilidades de éxito.
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