En las fotografías de las excavaciones pueden verse huesos de niños junto a los de mujeres adultas.
Nuevas investigaciones dejan entrever que los conquistadores españoles masacraron a por lo menos una docena de mujeres y sus hijos en una localidad aliada de los aztecas donde los habitantes habían sacrificado y comido a un destacamento de españoles que había sido capturado meses antes.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia publicó el lunes los hallazgos relativos a las excavaciones en la localidad de Tecoaque, que significa “donde se los comieron” en la lengua náhuatl de los aztecas.
En 1520, los habitantes de Tecoaque, también conocido como Zultépec, capturaron a un convoy de unos 15 hombres, 50 mujeres y 10 niños, todos españoles; 45 soldados de infantería entre los que había cubanos de ascendencia africana e indígena, y unos 350 aliados de grupos indígenas. Aparentemente todos fueron sacrificados a lo largo de varios meses.
Cuando se enteró de lo ocurrido, a principios de 1521, el conquistador Hernán Cortés le ordenó a Gonzalo de Sandoval que destruyera el poblado en venganza.
El arqueólogo Enrique Martínez Vargas dijo que a partir de las excavaciones puede deducirse que los habitantes de Tecoaque sabían que iban a ser atacados en represalia y arrojaron los huesos de los españoles — algunos de los cuales habían esculpido para convertirlos en trofeos — y otras evidencias a pozos poco profundos.
Los pobladores también intentaron erigir algunos sistemas de defensa primitivos a lo largo de la avenida principal de la localidad, pero no fueron de utilidad cuando De Sandoval ingresó con su expedición punitiva.
“Alcanzaron a huir algunos guerreros que se mantenían en el pueblo, pero quedaron mujeres y niños, que fueron las principales víctimas, como hemos podido constatar en un tramo de 120 metros (131 yardas) de la calzada, con el hallazgo de una decena de osamentas de individuos del sexo femenino, que aparecieron ‘protegiendo’ los restos de 10 infantes de entre 5 y 6 años de edad, cuyo sexo no se ha podido determinar”, indicó el instituto en un comunicado.
En las fotografías de las excavaciones pueden verse huesos de niños junto a los de mujeres adultas, y algunos de los cráneos o huesos de los brazos de las mujeres están inclinados hacia los infantes.
“La disposición de los entierros, sugiere que las personas estaban en plena huida, fueron masacradas y sepultadas de manera improvisada”, añade el texto. “Las mujeres y niños que se mantuvieron resguardados en sus aposentos, fueron a su vez mutilados, como lo evidenció la recuperación de huesos cercenados en el piso de las habitaciones. Los templos también fueron incendiados y las esculturas de dioses, decapitadas; así se destruyó este sitio que representó una resistencia para Cortés”.
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