La catedral de la Asunción o ex convento de San Francisco se ubica en la zona del Chalchihuapan: lugar de las aguas sobre las piedras verdes
A seis meses del sismo del 19 de septiembre, la capilla de la santísima Trinidad, ubicada en la calle Zitlalpopocatl que lleva a la Basílica de Ocotlán, sigue acordonada, con señalamientos de obra y restauración del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) con fisuras en la pared lateral y frontal.
Las dos cúpulas, simétricas que flanquean la nave de oficios, muestran grietas y paredes carcomidas.
Esta capilla que data del siglo XVI y otras iglesias ubicadas en el centro histórico de la capital, forman líneas que se encuentran como en un recorrido de peregrinos y evangelizadores. Por ejemplo, la capilla de la santísima Trinidad se une por la calle Zitlalpopocatl a la Basílica de Ocotlán; esta calle asciende justo hacia la entrada de la basílica construida en 1687, también en proceso de reparación por el sismo.
A un extremo del primer cuadro de la capital se ubica el ex convento franciscano que conecta con la capilla del vecino, construida en el siglo XIII por Fray José Nava y Mora en donde fundó un comentario para sus congéneres.
La catedral de la Asunción o Ex convento de San Francisco está construido sobre una red de manantiales, veneros y escurrimientos de aguas donde los indígenas tlaxcaltecas realizaban ritos para alguna diosa de la fertilidad.
La zona, que ahora es un camino de árboles que llevan a la Plaza Xicohténcatl, era sitio de culto de la consorte de Tláloc, el universo de lo femenino reflejándose en las aguas verdes de Tlaxcala.
El etnólogo Diego Martín Medrano, director del Museo Regional de Tlaxcala, nos explica que se llamaba Chalchihuapan o “lugar de las aguas sobre las piedras verdes”.
Después de la llegada de los españoles en el siglo XV y la alianza con los tlaxcaltecas, en este sitio sagrado se erigió el templo de Nuestra Señora de la Asunción tres días después de la derrota de los mexicas en Tenochtitlán.
El nombre del sitio está dedicado a la vocación de la virgen de la Asunción. Todo mundo lo conoce como San Francisco porque se encuentra en un convento de frailes franciscanos, pero está dedicado a esta virgen por la fecha de la consagración del espacio.
“Tenemos registro de que la caída de Tenochtitlán sucedió el 13 de agosto, fecha en la que se conmemora San Hipólito; sin embargo, tal parece que se eligió la virgen de la Asunción porque la llegada de los tlaxcaltecas a sus tierras fue tres días después de San Hipólito, lo que nos hace pensar que una vez que regresaron a su territorio los tlaxcaltecas celebraron con la victoria ese día de la virgen que se convirtió en la bandera y el emblema de la victoria tlaxcalteca sobre sus enemigos mexicas.”
El ex convento de San Francisco data del año de 1427; es uno de los dos centros más importantes para la historia de la Nueva España y la evangelización en México, y curiosamente fue el único templo que resistió el sismo del 19 de septiembre.
Sobre los manantiales los tlaxcaltecas evangelizados cimentaron los primeros muros conservando el cariz femenino; la consorte de Tláloc se convirtió en la virgen de la asunción, una madre que también resplandeciente bajo el universo.
El convento además es único en su tipo porque no tiene los elementos de carácter militar como son los muros almenados. “Este no lo tiene y eso es algo que lo hace singular, estamos en un espacio distinto y es probable que se deba al acuerdo que existía entre tlaxcaltecas y los europeos, contamos con un atrio extenso que va del campanario a la capilla poza, lo que nos indica que aquí se llevaron grandes procesos de evangelización al aire libre y ceremonia procesionales.”
Más allá se ubica la Parroquia de San José, que se encuentra a un costado de la plaza principal de la capital del Estado de Tlaxcala, fue construida en el siglo XVII-XVIII en el lugar que ocupaba la antigua ermita construida en 1664 bajo la orden del obispo Juan de Palafox y Mendoza.
El 17 de marzo de 1669 se realizó la primera misa y la bendición del recinto. La Parroquia de San José fue catedral de la ciudad. Ahora la catedral tlaxcalteca es la iglesia de La Asunción.
El cronista Don Juan Buenaventura Zapata y Mendoza señala que el 21 de julio de 1682 se inauguró uno de los primeros conventos de mojas y el único del que se tiene registro en el virreinato ubicado en la parte posterior de la parroquia de San José y, el 10 de diciembre de 1686, se cerró el convento de monjas para trasladarlo a la ciudad de Puebla.
En 1940 se hizo un anexo del mercado Ignacio Bonilla, ahora Plaza Juárez. La planta de la parroquia de San José tiene forma de cruz latina y su fachada esta revestida con ladrillo, azulejo de talavera y está decorada de argamasa.
En el umbral al recinto se encuentra la escultura de San José; el arco de acceso a la parroquia está sostenido sobre pilastras clásicas. Al interior perdura el arte barroco y neoclásico y se conservan dos pilas para agua bendita labradas de piedra: una con la imagen de Camaxtli, dios pagano y el dios de los antiguos tlaxcaltecas, y la otra representa un escudo del imperio español, mandadas a hacer por Juan Faustino Maxixcatzin descendiente del señor de Ocotelulco.
La sacristía está decorada con pinturas del siglo XVIII. Datos de México Desconocido y de la Diócesis de Tlaxcala refieren que la cúpula y la bóveda originales fueron derribadas por un temblor en 1864 y se reconstruyeron, agregando a su decoración un revestimiento de azulejo.
Tiene una torre del lado izquierdo que consta de un cuerpo de arcos de medio punto que remata con una punta decorada con azulejo. La parroquia es un ejemplo del barroco tlaxcalteca al estilo palafoxiano y al interior, el templo se encuentra decorado al estilo neoclásico, conservando retablos churrigueresco y barrocos.
En el altar mayor hay un retablo del estilo barroco y un ciprés de basamento curvo. El sotocoro o parte que queda debajo del coro, conserva el cancel de madera tallada, con un arco escarzano o arco corvado con ornamentación vegetal en relieve y, a los lados, retablos dorados de estilo churrigueresco. Al interior también hay pinturas al óleo del pintor Manuel Caro, pintor tlaxcalteca que nació en 1752 y forma parte de la dinastía de pintores conformada por José Caro y Mariano Caro, ubicada en el centro del estado, también sufrió daños por el movimiento telúrico de 7.1 grados que se registró esa tarde.