Los expertos vinculan esta situación de violencia con un “vacío de poder” en los estados tras resultados de elecciones.
Al menos 57 muertos dejaron cinco masacres registradas en la última semana en el país. La más letal ocurrió en Reynosa, Tamaulipas, donde 19 civiles fueron ultimados por células del Cártel del Golfo que ingresaron a la ciudad fronteriza con Estados Unidos, para “calentar la plaza”, según declaró uno de los presuntos sicarios detenidos.
Le siguió el motín en el penal de Villahermosa, Tabasco, con seis reos muertos; el asesinato de siete personas a manos de un grupo armado en un taller mecánico, en Salvatierra, Guanajuato; la irrupción de un comando que mató a siete, en Fresnillo, y el choque entre grupos rivales en Valparaíso, Zacatecas, que dejó 18 decesos.
Con ello, suman 250 ataques armados de este tipo, según la organización Causa en Común, la cual, encabezada por María Elena Morera, contabiliza más de 2 mil 700 atrocidades, entre enero y junio de 2021, de acuerdo con notas periodísticas. Las masacres se ubican en quinto lugar con 250.
Para efectos del conteo, la organización toma la definición de masacre como el asesinato de tres o más personas.
Para expertos en temas de seguridad consultados por EL UNIVERSAL, la violencia de la última semana podría estar relacionada con los vacíos de poder en algunos estados después de las elecciones, el cual las organizaciones criminales están aprovechando con el fin de reajustar sus controles.
“El Presidente mismo está cambiando su gabinete; hay como un vacío de poder y los grupos criminales aprovechan y reactivan sus actividades.
“Está a punto de reabrirse la frontera con Estados Unidos, entonces esto va a reactivar el narcotráfico. En este momento, la exportación de droga está muy rebajada por el cierre de la frontera, pero está a punto de superarse”, comentó el especialista en seguridad Raúl Benítez.
“Lo mismo pasa en Zacatecas, donde el cambio de gobierno hace que haya un vacío de poder muy grande”, aseguró.
En las masacres en los municipios de Fresnillo y Valparaíso perdieron la vida 25 personas.
Por su parte, el exdirector del extinto Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), Guillermo Valdés, coincidió en que las masacres de los últimos días se dieron en el marco poselectoral, en el que se alistan cambios de autoridades a nivel estatal y municipal, lo que el crimen organizado ha aprovechado.
“Parece que hay cierta relación entre cambios de gobierno y vacíos que se generan por la salida de un gobierno (…) y que aprovechan las organizaciones criminales para tratar de avanzar sabiendo que los gobiernos y las autoridades están ocupadas en otras cosas”, coincidió.
Sin embargo, Valdés puntualizó que, independientemente de la coyuntura electoral, la estrategia de seguridad del gobierno ha sido terriblemente permisiva y ha dado como resultado el incremento de la violencia.
“Eso de ‘no lo voy a perseguir, no voy a hacer que el Ejército use la violencia y no voy a detener capos’ significa para las organizaciones criminales un semáforo verde y hacen lo que quieren”, refirió el experto.
Hay, dijo, un claro incremento en los asesinatos múltiples en el país, los cuales pueden continuar, aunque descartó que haya un viraje en la estrategia de seguridad. “La permisividad y la pasividad van a seguir siendo la nota. Por desgracia, los ciudadanos pagaremos esto, hay que insistir en que el gobierno haga su tarea, no la quiere hacer y todos los llamados son útiles”.
Al respecto, Morera alertó que cada vez hay señales de los cárteles en las masacres: “Las de la última semana nos están diciendo que se están dando reacomodos en la delincuencia organizada (…) mientras las autoridades estén de brazos cruzados, seguirán sucediendo estas cosas”.
Acusó que la Guardia Nacional tiene la instrucción de no actuar hasta que hayan pasado los hechos, y reveló que, en lo que va del año, se contabilizaron 12 mil 513 asesinatos.
Durante el actual sexenio se han registrado 83 mil 695 víctimas de homicidio doloso.