Los padres tuvieron que se internaron en hospitales, uno de ellos se encuentra grave.

La pandemia del COVID19 se está convirtiendo en un enemigo difícil de vencer en Puebla, donde el relajamiento social y el exceso de confianza por las primeras y segundas vacunas, se hace evidente todos los días.

María de 27 años, vive en la Ciudad de Puebla,  y junto con su familia de 9 integrantes, se contagió del virus en la tercera oleada del virus, donde prevalecen las variantes Alfa, Gamma, Delta y Épsilon.

La familia en cuestión se fue a una fiesta. Asistieron todos a un bautizo organizado por unos conocidos con la confianza de que los padres, mayores a los 50 años, ya tenían la primera dosis de la vacuna anticovid. 

Días después, dos hermanos de María, de 29 y 34 años cayeron enfermos de coronavirus.  Más tarde los cuatro sobrinos de 4, 5, 8 y 13 años de edad.

Ella se encuentra aislada en su casa,
un departamento de 100 metros cuadrados en Amalucan, careciendo de apoyo o solidaridad para poder sorevivir.

El estrés y la desesperación se apoderan desde hace 20 días, admite. Vio como poco a poco se enfermaron su papá y su mamá, y luego sus sobrinos.

Sus padres fueron hospitalizados y uno de ellos libra la batalla más grande de su vida: ganarle al virus a través de una máquina conectada a su boca y que se deriva por las dificultades que tiene para respirar.

María relató a URBANO Noticias que ella se hizo la prueba del virus y salió positiva, pero en su caso, es asintomática, pero eso no significa, dijo, que salga de su casa porque sabe que podría contagiar a más personas.

Ha vivido decepción, tristeza, dolor y desilusión porque ninguno de sus familiares se acerca para llevarles comida, medicamentos y otro tipo de insumos que aminore su calvario.

Desde principios del mes de julio platica a distancia con aquellos amigos y vecinos que se “solidarizaron” para ayudarla con comida y  medicamentos.

Sus hermanos están apenas recuperándose de la enfermedad. 

“Todos los días le reza a Dios” para que pronto su mamá y papá, principalmente este último, acaben con su condena llamada COVID-19, la cual contrajeron por su relajamiento social.

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