El atropello intentó “normalizarse” con la designación de un “rector espurio” y el desacato a una suspensión de amparo, dice en comunicado.

La Fundación Mary Street Jenkins (FMSJ) exhortó al gobierno estatal de Puebla a que respete el estado de derecho, a un mes de que el campus de esta casa de estudios fue tomado por elementos policiacos y entregado a un Patronato encabezado por Horacio Magaña.

En un comunicado oficial, la FMSJ establece que “hay disposición al diálogo; sin embargo, la condición básica para concretarla es el respeto a la legalidad y al estado de derecho”.
 
Además, insiste que “la verdad legal y la razón asisten a la Fundación, ya que los criterios otorgados desde el Poder Judicial de la Federación han sido favorables para esta institución privada, que recalca el llamado a reestablecer el estado de derecho en la UDLAP y el estado de Puebla”.

En el boletín, la FMSJ recuerda que “el 29 de junio, fuerzas policiales del Estado de Puebla fuertemente armadas tomaron el campus de la UDLAP, que es patrimonio privado. Esta situación sienta un precedente riesgoso para todas las instituciones privadas, que podrían ser intervenidas como ocurre en ese centro de estudios, con violencia e ignorando suspensiones vigentes. Realizando en los hechos un atropello que intentan “normalizar” con el nombramiento ilegal de un “rector espurio”, desconociendo con dolo las resoluciones que protegen a la Fundación de la Universidad de las Américas Puebla y a los miembros de su Patronato”.

Además, asegura que “obtuvo, el pasado 16 de julio, una suspensión de amparo otorgada por el Juzgado Tercero de Distrito en Materia de Amparo Civil con sede en Puebla, para que el campus de la UDLAP, su administración y cuentas bancarias sean devueltas al único Patronato legalmente constituido de esta institución privada que preside Margarita Jenkins de Landa”.
 
Por lo anterior, considera que “un ataque de esta naturaleza contra el patrimonio privado en cualquier otra entidad del país sería escandaloso; sin embargo, en Puebla pretende normalizarse con acusaciones sin sustento y falsedades reiteradas”.

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